Desconozco el motivo, pero durante 2012 se desató una “moda” por las películas con Lincoln como protagonista. Hasta tres títulos se estrenaron al respecto.
Ya hablamos de una, llamada Lincoln, de un tal Spielberg… pero la buena es esta, “Abraham Lincoln: Cazador de vampiros”. Porque, ¿dónde se ha visto que sea mejor una película larga, farragosa, sobre leyes, principios, con diálogos pesados… que una de vampiros?
Está claro que estoy medio en broma, y digo medio porque aunque está claro que la película que nos acontece está repleta de carencias en casi todos los aspectos fílmicos, y más si la comparamos con Lincoln (nominada a 12 Oscars) pero aún con eso, esta peli consiguió mantenerme más atento, por la acción y las cosas descabelladas que aportaba, incluso haciéndome reír, cosa que con la otra solo consiguió hacerme dormir…
Y no entiendo como a los norteamericanos no les gusta, con lo dados que son ellos al patriotismo y a los superhéroes, en este film conjugan los dos aspectos, dando a un pobre y bobalicón Lincoln unas destrezas adquiridas que le llevarán a vivir aventuras sorprendentes, hacha en mano y con unos compañeros muy peculiares. Vamos, a mí me hubiera molado más que Lincoln fuera así.
Pero que no os confundan mis palabras amables sobre “Abraham Lincoln: Cazador de vampiros” porque la película es bastante mala.
