Caída libre
El otro día fui al cine a ver Caída libre y no os voy a engañar, me dejé llevar porque sabía que aparecía Irene Escolar. El film está dirigido por Laura Jou, con guión de Bernat Vilaplana y producido por J.A. Bayona.
De que trata Caída libre
Marisol (Belén Rueda) es una mujer que está llegando al final de su carrera como entrenadora nacional de gimnasia rítmica de élite. Es exigente, autoritaria, la mejor en el suyo, pero al ser de la vieja escuela, quizás sus formas no están bien vistas actualmente.
Metódica, controladora, dominante, irritable, sin capacidad de autocrítica, Marisol ha moldeado su realidad como ha querido y ahora que se acerca el Campeonato del Mundo todo se agudiza, cuando deposita todas sus esperanzas en conseguir la medalla de oro con Angélica (Mariia Netavrovana), la recién llegada y más prometedora del equipo.
Todo se complica cuando la entrenadora descubre que su esposo Octavio (Ilay Kurelovic) tiene una aventura con una mujer mucho más joven con la que espera un hijo. Marisol que no contempla el fracaso, comienza una, cada vez más alocada, encrucijada para recuperar a su marido, sin tener en cuenta los motivos que les ha llevado a esa situación.
Su fracaso matrimonial se traslada a la relación con las gimnastas, volviéndose más dura e implacable, sobre todo con Angélica, pues ganar el oro es todo lo que queda.
Reseña de la película
Es una pena que este tipo de películas no tengan una promoción más mainstream, si no hubiera sido porque lo vi en el perfil de Instagram de Irene Escolar, ni me hubiera enterado de su estreno. Y hablando de ella, es una pena que en el film tenga un papel tan secundario, salvo por un par de escenas en la que disfrutar de su talento, no hay mucho más.
Siguiendo con las interpretaciones Belén Rueda está soberbia, como siempre. La sorpresa me la llevé con Mariia Netavrovana. Excepcional la elección de esta gimnasta rítmica ucraniana que llegó a España huyendo de la (puta) guerra en su país. Como bien dice Laura Jou, “necesitaba una gimnasta a la que enseñar a actuar y no una actriz a la que enseñar gimnasia rítmica” y no le podría haber salido mejor. Mariia tiene algo en su mirada, en su emoción contenida que la hace perfecta para este papel. Tampoco os digo que haya nacido una actriz, pero esta interpretación la borda.
Y para terminar, os voy a ser totalmente sincero, la historia de la película, para mí claro está, comienza a perder interés cuando la parte deportiva pasa a un segundo plano, para centrarse en la hecatombe matrimonial de Marisol. Me hubiera gustado más si el metraje se centrara más en esa excesiva exigencia que sufren las gimnastas para conseguir la perfección, y que la historia amorosa solo fuera una piedra más del camino.
Es más, y aquí ya sé que me estoy yendo a otro argumento muy diferente, pero me hubiera resultado mucho más interesante si la película girara entorno a una gimnasta de élite que huye de su país por la (puta) guerra (con todo lo que eso implica) y llega sola a un lugar nuevo, sin conocer el idioma, sin nada más que su talento, para abrirse paso en una nueva disciplina artística. No sé si me seguís… Yo ahí dejo la idea.