El Guardian de las Monarcas
En esta ocasión les traigo una reseña llena de coraje, impotencia, dolor y terror por el documental del que les quiero hablar. Se trata de “El Guardian de las Monarcas, 2024”, dirigido por Emiliano Ruprah y es una historia que no puede dejar indiferente a nadie y que muestra la crudeza de la realidad de un país dominado por el crimen organizado y que se ha convertido en un asunto cotidiano que sigue sumando víctimas sin que pueda vislumbrarse una verdadera solución.
Homero Gómez González, era un activista ambiental, que vivió en una comunidad de Michoacán, México, una zona en la que destaca la profunda pobreza de sus habitantes, pero también su amor por la tierra que los vio crecer, sus bosques y sus recursos naturales; pero, sobre todo, por ser el lugar elegido, por sus características ambientales por la mariposa monarca, como destino tras su larga migración desde Canadá.
A pesar de que tanto Homero como otros pobladores de la zona tenían un compromiso muy firme por cuidar y mantener los recursos, nunca fue una tarea fácil. Es que en México cuidar de la naturaleza no es un cuento bonito en que los animales tienen derechos y las personas vivimos en armonía con ellos. Sino que la naturaleza ocupa un territorio y si ese territorio resulta funcional para el crimen organizado, este se los va a arrebatar a las personas a costa de su propia vida.
La realidad de la que habla este documental es que Homero, como muchos otros ambientalistas, perdió la vida por defender un área natural supuestamente protegida por organismos gubernamentales, en gran parte porque criminales poderosos buscan satisfacer sus propios intereses sin importar cuantas vidas humanas y no humanas se pierdan en el camino.
Pero no sólo eso, este documental también deja ver la corrupción, la impunidad, la ignorancia y la ineptitud de los políticos que dicen representar a un pueblo que no les importa a menos que sea época electoral y estén necesitados de votos.
El Guardian de las Monarcas logra una narrativa que primero te maravilla con la riqueza natural de un país privilegiado por su amplia variedad de climas y ecosistemas y luego se convierte en una historia de terror en la que poco importan las vidas de las personas, donde se muestra una tierra en la que la única ley son los criminales.
Si bien, este podría ser un buen homenaje a la belleza de los santuarios de las Monarcas y un atractivo para el turismo que mucho le serviría para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de estos lugares, este documental se vuelve mucho más necesario para alzar la voz, para denunciar para que el mundo sepa que el crimen no es un juego ni una cosa de una película de acción, sino que es real y hay muchas personas que lo viven y lo enfrentan día a día hasta volverlo parte de su vida; pero no por eso hay que voltear la vista hacia otro lado.
Ojalá más gente dentro y fuera del país lo vea, porque no es el mejor de los documentales ni ha elegido la mejor de las formas para contar una historia que cada vez es más común en las producciones audiovisuales mexicanas, pero sí es una manera de irse haciendo una perspectiva de la realidad y comenzar a tomar postura tras estos hechos. Está en Netflix y vale totalmente la pena verlo, discutirlo y compartirlo.