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El color del horror: Black Horror

Hace poco se estrenó en cines el Remake de la película Candyman, que aún no he podido ver, pero le tengo muchas ganas pues conservo buenos recuerdos de la versión de 1992, aunque tendré que esperar a poder verla VOD o en Streamig más adelante. Pero la saco a colación porque justamente este estreno me hace pensar en un tema que hace rato me viene dando vueltas en la cabeza. Y es que haciendo un repaso por los géneros cinematográficos si es cierto que podemos ponernos muy estrictos y clasificar las películas con los que ya son muy marcados y ligados a la literatura como el drama o la comedia, con al avanzar del tiempo en la industria cinematográfica se han ido formando diversos géneros y/o subgéneros que intentan ser más específicos en la enmarcación del contenido de las historias, puntualizando en sus características de distinción. De entre todas estas creaciones, una que particularmente ha comenzado a llamar mi atención, y a la que pertenece la ya mencionada Candyman, es el Horror Noire o Black Horror  del que tengo muchas ganas de hablarles aquí.

Candyman, 2021, filmfilicos blog de cine.

Evidentemente no es posible negar que esta oleada de películas de horror, están basadas en el boom del Blaxploitation o cine de explotación racial, que en su momento llegó a las pantallas para retratar algo que por sí mismo ya es horroroso. Y es que, si importar el color de la piel, las historias de explotación, discriminación o exclusión hacia cualquier ser vivo ya son algo bastante cruel. Y aunque estas cintas sirvieron como agentes de visibilización y denuncia, no es muy difícil pensar que también sirvieron de inspiración para algunas atrocidades pues la humanidad sigue teniendo muchos problemas para aceptar la diversidad.

Sin embargo, el terror les ha abierto un campo fértil a las historias en las que (arriesgando a que mi discurso suene racista, aunque no tenga esa intención) las historias narradas desde las perspectivas de la gente negra están tomando una dimensión que ya se merece menciones de honor. Desde cintas como La noche de los muertos vivientes (1968) hasta Get Out (2017), colocar a personajes negros en las películas de horror se ha ido separando considerablemente del cliché de “el negro es el primero que muere” colocándolos en la cúspide del protagonismo, del héroe que salva a todo su mundo del peligro que los acecha o, por el contrario, siendo ellos el propio peligro, pero no partiendo del color de su piel o características físicas, sino de tópicos con los que cualquiera podría identificarse, lo que también derriba una barrera bastante importante.

Esta oleada de películas que cambian el paradigma de los héroes y villanos en el cine, llega, además, en un momento particular donde el miedo ha comenzado a buscarse más allá de las historias típicas y lineales; lo mejor, es que ha sabido aprovecharse de ello y ha puesto sobre la mesa su propia propuesta y ha sabido evitar caer en la simpleza innecesaria de hacer las versiones de las películas que ya vimos con un personaje blanco, pero ahora con uno negro, tal como ya han hecho algunas productoras en otros géneros (sí, te hablo a ti Disney), lo que lejos de darles la oportunidad de abrirse paso en su propio lugar, hubiera generado comparaciones que tal vez habrían producido el efecto contrario.

Actualmente ya tenemos referentes importantes dentro del Black Horror, pues ya resulta inevitable hablar de Jordan Peele o Spike Lee. De hecho ya hay rostros que nos parecen demasiado comunes a los fans del terror, como el de la genial Lupita Nyong’o.

El Black Horror ha permeado más allá de la pantalla grande y se ha colado al Streaming y las series con trabajos como Lovecrft Country centrada totalmente en esta corriente, o American Horror Story que ha incluido algunos personajes de color bastante empoderados.

De lo que no me queda duda es que el terror va a seguir fascinándonos, indistintamente del color que se le ponga y, en todo caso si hay uno nos podría identificar es el rojo de la sangre que corre cubriendo la pantalla y, si lo hace proponiendo cosas nuevas e interesantes que exploren los confines más recónditos de nuestras mentes retorcidas y habidas de horror, pues que sea bienvenido y vanagloriado.

EXTRA: Sí a ustedes, como a mí les ha llamado la atención este siniestro camino en el cine y ya saben que no es algo novedoso, sino que se ha ido cocinando, por lo menos hace un par de décadas, les recomiendo ver el documental Horror Noire: A History of Black Horror  en donde los implicados en el tema nos platican del tema con sus propias palabras.

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