El vacío
En la actualidad, es habitual que a cierta gente se le llene la boca el afirmar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Al fin y al cabo, cada generación suele contemplar con escepticismo y desagrado las modas o los avances de la siguiente generación. Ningún ámbito escapa de este innecesario escrutinio, ni siquiera el cine. Y no soy partidaria de marcar las diferencias generacionales, pero en esta ocasión me veo obligada a hacer una excepción, para bien y para mal.
El agente de policía Daniel Carter traslada a un pequeño hospital local a un hombre herido que encontró en el bosque. En dicho hospital hay pocos pacientes y médicos, pero pronto todos ellos comenzarán a presenciar extraños sucesos, tanto dentro como fuera de las instalaciones.
Voy a ser completamente sincera: había oído hablar tantas maravillas respecto a esta película que tenía miedo de que no cumpliese con las expectativas marcadas. Pero una vez comienza la cinta esta capta la atención del espectador de manera inmediata, y de ahí no suelta al propio espectador casi hasta el final. Podría hablar en profundidad sobre todo aquello que acontece dentro de las paredes del hospital que va subiendo escalas en tensión y horror exponencialmente pero no quiero arruinar las sorpresas a todos aquellos que se aventuren a verla, porque este es uno de esos claros ejemplos en los que cuanto el público menos sepa de lo que se va a encontrar mejor.
Aunque no vaya desvelar puntos importantes de la trama, sí puedo decir desde ya que todos aquellos fans del terror más clásico de los años 70 y 80 y de la serie b más grotesca aquí encontrarán una delicia que satisfará a los más exigentes. Entre sus homenajes se encuentran las criaturas de Lovecraft, Alien de Ridley Scott, La cosa de John Carpenter, La semilla del diablo de Roman Polanski, la filmografía ochentera de David Cronenberg e incluso Hellraiser o El exorcista, por citar algunos muy claros. Todo ello bajo el prisma de un film de body horror en el que se mezclan varios elementos, similar a lo que hacía Spring solo que un resultado menos redondo. Y a la hora de hablar de este subgénero y el diseño de las criaturas necesito hablar de los efectos especiales. Hoy en día es cierto que los avances tecnológicos permiten crear objetos y mundos que ni siquiera existen y que hace años hubiesen resultado imposibles, pero es de agradecer que de vez en cuando aparezcan productos tan artesanales como este en el que los efectos especiales estén hechos a mano y se noten así.
Como contrapunto, diré que pese a tener unos homenajes tan marcados y querer rendir tributo a grandes películas del género, da la sensación de que quiere abarcar más de lo que puede y no termina de cerrar adecuadamente ninguna subtrama. Esto también se traduce en que, a pesar de la mitología tan llamativa que proponen, no terminan de explorarla lo suficiente. lo cual es una pena porque me hubiese encantado una explicación mayor. Sobre las actuaciones, son correctas y da la sensación de que algún actor en momentos concretos pueda estar algo sobreactuado, pero teniendo en cuenta todo lo que sucede en la trama no sé si calificarlo como acierto o error. Y el principal problema que le he encontrado es el tono. Pese a su marcado carácter de serie b y de desarrollo loco, la propia cinta creo que se toma más en serio a si misma de lo que debería y acaba quedándose en tierra de nadie.
En resumen, aquellos que vayan buscando un producto nostálgico cuyo principal propósito sea el entretenimiento y los litros de sangre y casquería con este film han encontrado lo que buscaban sin quererlo.