Fatum
Sergio tiene graves problemas con el juego. Tras jurar a su esposa que no volvería a caer, recibe un soplo sobre un supuesto amaño de un partido de futbol e incapaz de cumplir su promesa, regresa a la casa de apuestas con la intención de recuperar todo el dinero perdido. El soplo resulta ser cierto y por fin su suerte va a cambiar… pero Alejo con un pasado salpicado también por el juego irrumpe armado en el local. Pablo francotirador del GEO, es presionado por la comisaria Costa para prestar servicio en el atraco. Pero la cabeza del GEO está en otro sitio, en el hospital, donde la vida de su hijo pende de un hilo. El destino hace que Sergio y Pablo se vean envueltos en un atraco a una casa de apuestas, donde un disparo cambiará sus vidas para siempre. Esta es la premisa de Fatum lo nuevo de Juan Galiñanes, su ópera prima.
Lo primero a favor del material es que dura hora y media, algo inusual en estos tiempos, por tanto el director sabe cómo dosificar información y mantener el ritmo. Acierta en la manera en que genera tensión a través de una historia que todos podemos adivinar hacia donde va, sin embargo te mantiene sumamente intrigado. Repitiendo algunos elementos de Paco Plaza en a Quien a hierro mata, Galiñanes construye una pesadilla en tres actos, la película va mutando en su forma. Al inicio parece un argumento de atracos como otro cualquiera, luego se cruzan los caminos de los protagonistas y entramos en dilemas morales, para terminar en un arco de pura venganza.
Siendo su primera cinta en solitario es sobresaliente que el cineasta no esconda que está manipulando al espectador, que lo ubica en la historia como alguien que también debe tomar una decisión, estamos conscientes de ello. Fatum intenta no ser tan Hollywoodense y al mismo tiempo no ser tan española y en cierta medida lo consigue.
El calvario de estas dos familias que se cruzan por una mala jugada del destino huye del melodrama para convertirse en thriller.
A la cabeza Luis Tosar, actor conocido, con personalidad y bastante encasillado en roles de hombre atormentado y ansioso de redención. Álex García, el héroe, dispuesto a todo por cuidar de su hijo, una actuación carente de matices y emoción. Elena Anaya, se pasea delante de la cámara, cuando defiende su personaje, la fuerza y los matices que siempre la caracterizan vuelven a estar presentes. Arón Piper, el joven de Netflix, no se da cuenta de la importancia de ser el villano
Sin grandes ambiciones pero habilidosa en su realización y escritura Fatum es un primer trabajo con todo a su favor.