Identidad
Hay películas que pasan sin pena ni gloria por la taquilla, que por alguna razón (la fecha de su estreno, competir con otras más potentes en cartelera, que su temática resulte ya demasiado explotada…) y a pesar de su calidad o capacidad para el entretenimiento caen pronto, e injustamente, en el olvido. Ese es el caso de Identidad (James Mangold, 2003), un filme que tuve la suerte de ver en el cine y que he revisionado (y disfrutado) en numerosas ocasiones desde entonces.
A Identidad es mejor acudir sabiendo lo menos posible acerca de su trama o género (que me sería algo difícil especificar, aparte de que en líneas generales pueda considerarse un thriller). Os adelantaré que la historia arranca una noche de tormenta con el encuentro en un destartalado motel de carretera de diez desconocidos que verán como uno a uno van apareciendo asesinados en las más extrañas circunstancias…
Con una premisa así es inevitable que much@s penséis en la popular novela de Agatha Christie “Diez Negritos”, y no os faltará razón, aunque por supuesto la película termine transitando por caminos totalmente distintos. Quizá, y a pesar del esfuerzo del guión por crear suspense y sorprender, el punto más débil de Identidad radique precisamente en los detalles de su historia y en el más que evidente esfuerzo que realiza por llevar de la mano al espectador y guiarlo firmemente hasta su desenlace. No negaré que en ese sentido es algo “tramposa” y que no duda en introducir eventos sospechosamente convenientes para el desarrollo de la acción, pero si decides entrar en el juego y te dejas llevar cualquier espectador se encontrará con algunos giros y sorpresas muy interesantes. Curiosamente, y a pesar de su fecha de producción post efecto 2000, el filme bebe directamente de las fuentes de los thrillers que inundaron las pantallas en la década de los noventa, especialmente tras el estreno de Seven (David Fincher, 1996), y a la vez, de la faceta más comercial del cine de Alfred Hitchcock.
Sin duda uno de los puntos fuertes de esta película es su elenco, con actores y actrices consolidados y solventes más que rutilantes estrellas del celuloide, que nos ofrecen unas interpretaciones efectivas, aunque no podamos contarlas entre sus trabajos más brillantes: John Cusack, Ray Liotta, Rebecca de Mornay y Alfred Molina, acompañados por Amanda Peet y Clea DuVall entre otr@s. Mención especial merece Pruitt Taylor Vince, al que precisamente conocí en este filme y cuya característica mirada (el movimiento de ojos más rápido y lunático que podáis imaginar) es imposible de olvidar.
Con algunas muertes bastante originales, un comienzo basado en un eficaz montaje encadenado que enseguida te sitúa en la historia, y un ambiente claustrofóbico que se refuerza según avanza la trama, Identidad es sin duda una gran elección para pasar una velada entretenida.