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Home Filmblog Películas Kong: La isla calavera

Vivimos en una época de continuos remakes y reboots que la mayoría de las veces ni son necesarios ni le sienta bien a la obra original. Pero en el caso de películas de monstruos gigantes hay una ley no escrita (de la cual me enteré en su día jugando al Metal Gear Solid 3: Snake Eater, para que veáis mis fuentes) la cual estipula que cada 10 años se puede mostrar una revisión de este tipo de producciones. En parte ha sido así, ahí tenemos las de Godzilla, y por supuesto la que hoy me ocupa, Kong: La isla calavera, del monete enorme más famoso de todos.

Hay una isla en el Pacifico Sur que en 1973 aun no había sido descubierta y entrañaba una serie de misterios que despertaron la curiosidad de Monarch, empresa de Bill Randa (interpretado por John Goodman), y Houston Brooks (Corey Hawkins), su geólogo más reputado. De esta manera forman un equipo de expedición para documentar todo y solicitan los servicios del ex capitán del Servicio Aéreo Británico James Conrad (Tom Hiddleston) en calidad de rastreador; a la fotógrafa de guerra, pero pacifista, Mason Weaver (Brie Larson); y como protección al escuadrón de los Sky Devils liderado por Teniente Coronel Preston Packard (Samuel L. Jackson), veterano él y toda su unidad de la guerra de Vietnam.
Aunque ninguna experiencia previa les podría haber preparado para lo que se iban a encontrar en la isla calavera, ya que nada más llegar, y soltar las cargas explosivas, son violentamente repelidos por un gigantesco simio que los lugareños llaman Kong y alaban como un dios. Pero Kong no es el único de los peligros de esta tierra, de hecho puede que sea su esperanza de sobrevivir a un peligro mucho mayor.

Kong+

El apartado visual de esta película promete más de lo que al final muestra. Es verdad que el diseño de Kong esta muy conseguido (una vez más) e impone bastante, pero el forzar tantos momentos a escenas para que se luzca el 3D creo que ha sido su error. Aparte hay tomas con poses forzadas y absurdas, ya no solo del mono gigante, para darle una épica a la cinta que no hacia falta explotar más. En cualquier caso está nominada a mejores efectos visuales en Los Oscar 2018, aunque creo que tiene unos duros rivales. La banda sonora si que tuvo algo más de efecto positivo en mi que parte de lo visual. Y es que, estando ambientada en los 70, tenían muchos temas como Bad Moon Rising de Creedence Clearwater RevivalParanoid de Black Sabbath, o Run Through The Jungle también de Creedence Clearwater Revival, que usar para acompañar las escenas con gran acierto.

El elenco de actores y actrices es bastante extenso, y quizás en demasía, pero al final todas estas actuaciones se diluyen. Las que más peso tendrían son las de Tom Hiddleston, que me encanta en cada papel que hace; Samuel L. Jackson, haciendo de tipo duro por enésima vez, y no lo vuelve a hacer mal; y Brie Larson, que su registro de caras en esta película (y no se porqué) va de apretar los morros para ir de dura, a dar bastante miedo cuando sonríe de manera forzada. En la dirección tenemos a Jordan Vogt-Roberts, que ha adaptado de manera peculiar e interesante esta vez a King Kong, aunque no ha acabado de cuajar del todo por cierto fallos en el guión que le escribieron.

Kong++

La verdad es que Kong: La isla calavera es una película muy entretenida, pero no deja de ser un blockbuster palomitero que solo busca eso, que pases un buen rato sin demasiadas complicaciones en la trama. También he de añadir que personalmente me encantan las producciones de bichos gigantes desde que era bien pequeño, así que igual no pudiera ser todo lo objetivo que quisiera. El problema es que los fallos de guión son más que palpables y, por mucho que me guste este género, pueden llegar a estropear el visionado.

En definitiva, no es una mala reinterpretación de este mono gigante tan famoso pero tampoco es excelsa. Esto es algo que se podría arreglar en un futuro, ya que parece que se pretende hacer una especie de universo conectado de criaturas monstruosas enormes. Y si no me creéis solo tenéis que echarle un vistazo a la escena post-créditos, que casi es lo más interesante de la película.

Los monstruos existen, nadie quería creerme. Ayer era un loco más, pero hoy…

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