Predators
Unos años después de Aliens vs. Predator 2 y dos décadas desde de la última entrega numerada de Depredador, se estrenó Predators. La película que pretendía salirse de alguna manera de la marca establecida por la saga, algo que dividió a los fans de esta también. Por mi parte, no la había vuelto a ver desde que salió en formato doméstico y la verdad es que no sabía lo que me iba a encontrar en el revisionado. En cualquier caso, aquí estoy para contároslo, tras una breve sinopsis.
El experimentado mercenario Royce (interpretado por Adrien Brody) cae desde el cielo, paracaídas mediante, a una profunda selva. Según se va adentrando en ella se encuentra con personas con alta experiencia militar. Además, tienen más cosas en común: nadie sabe cómo ha llegado allí. Poco tardan en descubrir que ya no se encuentran en la Tierra y, para mejorar la situación, parece que son la presa de un extraño ritual de una raza alienígena de cazadores. Aunque su convivencia no estaba siendo cómoda, estos grupo soldados tendrán que colaborar para sobrevivir.
Su apartado visual es bueno, bien se puede apreciar en los efectos especiales, maquillaje, vestuario y escenarios. Aunque he de confesar que el filtro de contraste alto imperante en toda la película me llega a molestar más veces de las que quisiera. La banda sonora se apoya bastante en aquel mítico tema del cual hizo gala la primera entrega. Algo que pretende ser un simpático guiño pero que queda un poco raro en una cinta de corte tan moderno.
Hay muchas caras conocidas en el elenco. Vemos actores y actrices de la talla de Adrien Brody, Alice Braga, Mahershala Ali, Topher Grace y Laurence Fishburne entre otros. Aunque bien es verdad que en una película tan coral sus interpretaciones se diluyen y no están a la altura que de costumbre. Algo que de Danny Trejo en cierta manera es esperable, pero del resto casi esperaba más. Dirige la cinta Nimród Antal, quien, tras unas cuantas entregas de un contenido muy parecido y crossovers de dudosa calidad, nos muestra un enfoque distinto en la saga.
Es aquí donde considero que está el verdadero potencial de la cinta. Pues para tratarse de una película de 2010, su apartado técnico en algunos momentos es mejorable. Afortunadamente lo suple con un argumento bastante sólido y sin demasiadas pretensiones, algo de lo que ya hacían gala las anteriores entregas de la saga. Ahora bien, hay que admitir que no en todo momento es disfrutable, pero al menos sí la mayoría del tiempo, y con eso ya me vale.
En definitiva, Predators es una entrega algo extraña dentro de la saga pero la disfruto mucho por su argumento distinto y sin demasiadas florituras. Pienso que hay gente que ha vertido demasiado odio o desaprobación sobre ella, cuando en mi opinión gana con cada revisionado. Pues al final, lo único que le pido a esta saga es entretenimiento puro y duro.
Somos los monstruos de nuestro propio mundo. Y quizás sea mejor que no volvamos jamás.
