Predator (1987)
Hace tiempo os hablé de Predator (2018), la ultimísima entrega de la saga Depredador, que no tengo claro si en España se llegó a llamar así, y de esa incertidumbre el título del post. Pero era algo criminal (al menos para mi TOC) que no hubiera hablado antes de Predator (1987). Así que, sin más dilación, hoy la abordaré aquí, después de un breve resumen de la trama.
La experimentada brigada del Mayor Alan “Dutch” Schaeffer (interpretado por Arnold Schwarzenegger) llega a Guatemala para la misión de rescate de un ministro norteamericano secuestrado por la guerrilla del país. Tras despachar a los enemigos con pasmosa facilidad, vuelven descubriendo la verdadera y terrible naturaleza de la escaramuza. Aunque esto no sería lo peor. Y es que al adentrarse de nuevo en la jungla para su vuelta, advierten que no están solos en ella. Pues un brutal y extraño ser les está dando caza, y no tienen ninguna oportunidad de supervivencia.
Su apartado gráfico ha envejecido estupendamente. Está claro que los efectos especiales han evolucionado con los años, pero aquí se supo jugar muy bien con lo que se tenía a mano. También cabe destacar que esos escenarios, donde predomina la jungla ante todo, son espectaculares. La banda sonora por su parte también es genial. El tema principal ya aporta el suficiente suspense a la película, y en los momentos de acción también se cubre perfectamente el cupo.
El elenco se limita a la pequeña unidad comandada por Arnold Schwarzenegger, que quien haya consumido películas de acción de los 80 y 90 tanto como yo, reconocerá algunas de las caras. El director de la película es John McTiernan, que creó un clásico de acción instantáneo. Directo y sin remilgos, pero que entra sin sentir.
Probablemente ahora tengamos a McTiernan consagrado como un gran conductor de cintas de acción. No sin razón, ya que le abalan La jungla de cristal, La caza del octubre rojo, El último gran héroe, y El guerrero número 13, entre otras, pero esta fue anterior a todas. No por ello tiene que ser la peor, ni mucho menos. Depredador abrió las puertas a este tipo de películas: esos soldados curtidos, malcarados, y duros que se ven en situaciones que les superan totalmente, y que normalmente son monstrencos los que los ponen contra las cuerdas.
Es cierto que no inventó nada, en los 80 se había iniciado este tipo de subgénero y se acabó de sobreexplotar en los 90. De hecho, este tipo de personajes, llevados a tal extremo de incredulidad podrían hacer que la película fuera un despropósito en muchísimas ocasiones, pero no es el caso, el comando de Dutch está en el contexto que tiene que estar.
Resumiendo, Predator (1987) es una mezcla de ciencia ficción y acción con mucha testosterona, pero desde luego es una de películas más redondas de estos dos géneros. Tanto es así que no se pudo hacer ninguna igual, al menos de esta saga. Pero de esto ya os hablaré más adelante.
Si sangra podemos matarlo.