Como ahora les ha dado por retomar los clásicos del cine y hacer mierda, para muestra un botón.
En Poli de guardería 2, el agente Reed decide infiltrarse como profesor de jardín de infancia para resolver un misión especial.
Tanto reinicio, precuelas, secuelas, renovaciones de películas antiguas que no son necesarias, hacen que al final se les vaya de las manos y creen “mierdipelis” tan grandes como estas, ríete tu de las Cazafantasmas.
Sí en la primera parte poner a Arnold Schwarzenegger era arriesgado por que el pobre hombre no tiene mucha expresividad, ahora han decidido poner a Dolph Lundgren, que entre que se nota que está más operado que Carmen Lomana y que el hombre es más inexpresivo que Arnold, hace que ya empecemos mal la partida. Por otra parte, es curioso que a Lundgren ahora solo le den papeles de policía, que aun no siendo un actor al uso se mantiene en esto del cine ya desde hace mucho tiempo.
El argumento ya ni lo comentamos, porque a ver quién se cree que un hacker/profesor de jardín de infancia, hackea al FBI, guarda la información en un pendrive y en vez de tenerla en una caja fuerte, venderla a los rusos, subirla a Internet o vete tu a saber que se hace con eso, la mete en una cápsula del tiempo para que los alumnos la entierren y no se sepa nada más de ella. ¡No tiene sentido!
Como en la primera, lo único que cabe destacar y lo que más peso tiene en toda la película son los niños, que hacen y deshacen como quieren, volviéndose locos en una escena y en la siguiente siendo unos modositos, algo de frescura en la película.
Y para terminar, hace unas “mierdipelis” atrás, también comenté una película de Lundgren donde tenía una escena final con otro famoso actor fuertecito, pues bien en esta película pasa lo mismo y casi diría que es calcada a la otra “mierdipeli”, cosas de Hollywood, no les da para más.
Algo bueno
La escena de la alergia al cacahuete de los niños.
Curiosidades
La película directamente se ha estrenado en DVD (por lo que sea…)
Mi calificación
“No es necesario hacer secuelas de todo”
¡Hasta la próxima, amiguitos!
