La madre del blues
Nada menos que 5 nominaciones a los Oscar 2021 tiene la película que hoy me ocupa. Mejor actriz, mejor actor, mejor diseño de vestuario, mejor maquillaje y peluquería, y mejor diseño de producción. Además de ello La madre del blues (Ma Rainey’s Black Bottom en su versión original), que tenéis en el catálogo Netflix, también es el ultimo trabajo en el que vimos a Chadwick Boseman, con lo cual también la hace especial en ese aspecto. Pero antes de ahondar en ese y otros aspectos de la cinta os dejo un breve resumen de la trama.
En 1927 la celebre cantante de blues Ma Rainey (interpretada por Viola Davis) se dispuso a grabar sus temas en un estudio de Chicago. Pero los productores del propio recinto, así como también la banda de música que acompaña sus creaciones, empiezan a suponer impedimentos en la grabación de las canciones. Se avecina una larga jornada de producción.
Su apartado visual es magnífico. No sólo cuenta con una fotografía estupenda, algo que es digno de alabanza ya que casi todas sus tomas son en el interior de un estudio, sino que su vestuario está perfectamente cuidado. Como habréis podido adivinar la parte sonora de esta película está magistralmente llevada. Aunque he de confesar que a mí ya me tenían desde un principio en esto, pues el blues es uno de mis géneros musicales favoritos.
En el reparto tampoco andan flojos para nada, a lo largo del metraje aparecen actores y actrices magníficos como Colman Domingo, Taylour Paige y Jonny Coyne entre otros. Pero me quedo sobre todo con la interpretación de Viola Davis, nada raro teniendo tal carisma el personaje absoluto de la película, y con la del tristemente fallecido Chadwick Boseman, que es el segundo que se lleva toda la atención, y no es para menos en absoluto. En la silla del director encontramos a George C. Wolfe, quien muestra una visión de la industria musical es bastante rica.
Y es que no solo se enfoca en la figura de Ma Rainey, y más concretamente en la grabación de uno de sus discos, la película demuestra que conoce el blues mejor de lo que lo han hecho otras producciones. Obviamente con ello también va intrínseco todo el odio irracional e injusticias sociales que llevan sufriendo desde siempre (y tristemente a día de hoy no es muy distinto a veces) la gente de color. Así se creó de hecho este estilo musical desgarrador y único que aquí mencionan las bases sobre las que se sustenta.
Bien es verdad que los constantes discursos para dejar patente esto puede que lleguen a hastiar a más de uno, pero desde mi punto de vista, si no es lo que se pretendía, desde luego que son necesarios para acercarnos aunque sea mínimamente a ese rechazo que demasiada gente les ha espetado. También puede llegar a cansar el escaso registro de escenarios del que dispone. Aunque sinceramente es algo que he pasado por alto, pues no es la primera película que transcurre en un sitio tan reducido, claro está.
En definitiva, La madre del blues es una película que exuda este genero musical con toda la crudeza que le caracteriza. Y si esto nos da el empuje para verla hacedlo por Viola Davis y Chadwick Boseman, que están enormes.
Los blancos no entienden el Blues. Lo escuchan pero no entienden como ha llegado. No entienden que es como la vida se comunica. No se canta para estar mejor, se canta porque es la forma de entender la vida.