Dado que se había hablado en este blog de Las Cazafantasmas, me parecía imperdonable que no se hubiera hablado de Los Cazafantasmas. No porque aquella no me gustara, ya que me pareció más que entretenida, si no por el hecho de que no estuviera la original. De la que parte, vamos. Pero dejando estos aspectos de mi TOC aparte, voy a ponerle remedio. Así que hoy vengo a hablaros de ella, después de una breve sinopsis.
Tras concluir en que sus teorías y métodos son poco veraces, la Universidad de Columbia, en Nueva York, decide expulsar a los tres parapsicólogos Peter Venkman (interpretado por Bill Murray), Ray Stanz (Dan Aykroyd), y Egon Spengler (Harold Ramis), y retirarles la subvención de la que gozaban. Esto les hace dar el paso para aplicar finalmente todos sus estudios y montan el negocio de Cazafantasmas, dedicándose a capturar seres ectoplásmicos. Pero el lucroso negocio podría complicarse cuando aparece Dana Barret (Sigourney Weaver) alegando que tiene un fantasma en su nevera, y este sería de hecho un semidiós interdimensional.
Pese a que han pasado más de 30 años, su apartado visual se sigue manteniendo en bastante buena forma. No intenta demasiadas florituras en ese aspecto, o al menos ninguna que no esté a su alcance. La parte sonora no se queda atrás. Al inconfundible y mítico tema central de la película, hay que sumarle un buen puñado de geniales canciones de los 80.
El elenco es verdaderamente bueno, y es, casi con total seguridad, la clave del éxito de esta película. Hay tenemos al cuarteto de Cazafantasmas a los que hay que añadir a Sigourney Weaver, Rick Moranis, y Annie Potts, cuyos papeles también son geniales. Dirige el largometraje Ivan Reitman, ayudado también al guión por Dan Aykroyd y Harold Ramis, estos últimos empezarían a dar sus primeros pasos como guionistas y, más adelante, directores.
Desde luego otro de los aciertos de la película es ese tono desenfadado que tiene. Ya que, a fin de cuentas, los fantasmas, apariciones, o cualquier tipo de seres espectrales, realmente son un concepto usado para el terror y se trataba con más seriedad (y si no que se lo pregunten a Iker Jiménez).
El guión y los diálogos también tendrían bastante que ver. Y es que se mezcla de manera perfecta esas teorías locas del más allá, que han rondado en la cabeza de muchos, con ágiles conversaciones más cercanas para que nos representen a aquellos que no estamos tan versados en ese tema. Ahí entrarían muchos guiños a la cultura pop de ese momento, y otros que se establecieron en la misma película y aun perduran.
Resumiendo, Los Cazafantasmas es una película cuya clave fue tomarse a broma todos lo relacionado con los seres espectrales, y finalmente la ha convertido en una gran referente de la cultura popular. Y también es un disfraz muy socorrido para prácticamente cualquier ocasión. Desde la experiencia lo digo.
Vinimos, vimos ¡y le dimos una patada en el culo!
