Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez
En agosto de 1989, los hermanos Lyle y Erik Menendez, asesinaron a tiros a sus padres, José y Mary Louise ‘Kitty’ Menendez. Mientras que la acusación alegó que buscaban heredar la fortuna familiar, los hermanos afirmaron -y siguen afirmándolo hoy en día, mientras cumplen cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional- que sus actos se debieron al miedo que sentían tras toda una vida de abusos físicos, emocionales y sexuales a manos de sus padres. Esta es la historia de la segunda temporada de la serie de Ryan Muprhy: Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez
Dahmer supuso una desilusión monumental para mí, me acerqué a esta serie con reservas y, curiosamente, a medida que voy descubriendo los hechos me ha atrapado. Murphy obsesionado con los enfermos mentales, la violencia y la oscuridad del alma busca historias que hayan sido mediáticas para poder llegar a más público. El caso de Lyle y Erick realmente es insólito, pero más inaudito fue la vida que llevaron, fue lo que supuestamente le hicieron sus padres. Me intriga más que The People v. O.J. Simpson o El asesinato de Gianni Versace otra antología de Murphy.
En cada episodio se analiza la personalidad de los hermanos, como eran José y Kitty hasta que llegamos al desenlace de todo el proceso judicial. Hay algo que aplaudirle a Murphy y es la sobriedad, el alejarse del morbo y de graficar ciertas escenas que le hubieran dado a esta temporada un deja vu con AHS. La puesta en escena, la banda sonora y el vestuario, vuelven a ser redondos.
De protagonistas tenemos a Nicholas Alexander Chavez y Cooper Koch que no están muy bien en el comienzo pero que luego si dan bastante miedo. En el rol de progenitores Javier Bardem y Chloë Sevigny.
Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez es bastante redonda, sádica y bien estructurada por su creador que se resiste a que historias como estas queden solo en Internet.