Maléfica
Los juegos del hambre, La vida de Pi, Solaris o El laberinto del fauno son sólo algunos de los títulos que conforman una larga lista de películas que tienen un marcado acento fantástico y una gran presencia visual. Robert Stromberg participa en todas ellas en el terreno escenográfico y en el campo de los efectos visuales dejando así patente que el artista estadounidense posee una marca personal bastante evidente.
Su primera incursión en la dirección cinematográfica no es una excepción, recreando en ella un fantástico mundo lleno de seres de fantasía. Concretamente el mundo que contiene una historia que ha pasado de generación en generación desde que Charles Perrault la escribió, la historia de La Bella durmiente.
Stromberg crea una interesante revisión de la historia, vistiendo al viejo cuento con ropas tejidas por unos llamativos efectos visuales, algo que no sorprende teniendo en cuenta su trayectoria, y rematadas por unos personajes que bajo el aspecto de la perpetuidad ya no son nada de lo que antaño eran.
Maléfica, pese a la abundancia y espectacularidad de efectos, ha sido nominada a los Oscar 2015 por su vestuario, aspecto que tampoco hay que dejar lado ya que influye muy directamente en la tenebrosa majestuosidad que rodea a todo el ambiente de la película.
Pero no sólo de “luces” vive el hombre así que Maléfica juega con una carta adicional que le permite salir del encasillamiento de ser una simple versión de La bella durmiente que Disney creo en 1959 o una historia sin contenido más allá de los comentados efectos especiales o de la fantasía.
Stromberg nos presenta una golosina que atrae desde un primer momento, después puede gustar o no, pero nuestra atención ya está captada. Su truco consiste en presentarnos algo así como la cara oculta de la luna. El ser humano es curioso por naturaleza y siempre quiere conocer más. Así que en Maléfica se presenta la vertiente opuesta al relato que siempre se ha conocido.
Siguen habiendo principes y princesas. Reyes, reinas y plebeyos. Hadas buenas y hadas malas, incluso hadas sin alas que viajan entre ambas posiciones. Es de derecho resaltar el trabajo realizado por Angelina Jolie en su interpretación de la hada Maleficent, entregando al personaje un carisma espectacular.
Como decíamos los habituales personajes de cuentos de hadas aparecenen en esta historia pero ninguno representa, o no del todo, el papel que en teoría derían realizar y esta es la magia de la historia. La treta que usa el director para seducir nuestra curiosidad. Todos sabemos de sobra la historia de la princesa que cae en sueño mortal tras pincharse con una aguja, o por lo menos la parte que nos han contado, porque hasta ahora nadie se había preocupado en contar la historia de Maleficent. Su pasado, su historia, las razones por las que es como es.
Maléfica es pues una novedosa revisión de un clásico que, como todo cuento, tiene su moraleja y que en este caso podría bien ser la de no juzgar a nadie sin conocer su verdera historia.