Motherland: Fort Salem
“Motherland: Fort Salem”, de Amazon Prime Video, me llamó la atención desde el póster: tres mujeres uniformadas gritando al unísono en primer plano… La bandera yanqui de fondo me pasó un poco más desapercibida, cosas mías.
Recién acabada la segunda temporada y con algo de ansiedad tras la season finale, me aventuro a contaros por qué me parece una serie digna de vuestro tiempo.
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Brujas y ciencia ficción
Las ficciones sobre brujas siempre me han gustado, pero no es habitual ver este tema en plan ciencia ficción. Suelen ir por los derroteros de la fantasía pura y dura, a veces tirando más de las varitas mágicas y los hechizos con purpurina.
En este caso, los poderes de las brujas residen en sus cuerdas vocales y en cómo cada bruja entrena su talento para producir ciertos sonidos.
Motherland: Fort Salem, un mundo alternativo bastante matriarcal
Además del rollo ciencia ficción, el componente de mundo alternativo donde las brujas son el ejército que protege a los civiles es innovador. Se ha construido un universo matriarcal con muchos matices que parece que puede dar para mucho.
Viene de largo la consideración de que géneros como la ciencia ficción, la fantasía y la acción interesan solo a los hombres, por tanto la industria suele presentarnos a protagonistas masculinos. Esta serie es un paso en la dirección correcta.
Inversión de roles de género
En el gremio de las brujas se invierten los papeles masculino y femenino. Las mujeres son las más fuertes, las que han de responder a la llamada del ejército y los hombres son los que se quedan en casa, crían a l@s hij@s y ayudan a amplificar sus poderes mediante la química y el sexo. Muy bonito todo.
Diversidad que fluye
En esta realidad también hay excepciones. Algún hombre se alista, hay mujeres que no responden a la llamada, hay mujeres a las que les gustan otras mujeres, y hombres a los que les van otros hombres. Y toda esa diversidad se trata en la serie con gran normalidad, integrando las tramas de estos personajes con la historia, sin meter nada con calzador para colocarse la etiqueta ‘queer friendly’.
Y si aún no te he convencido, echa un vistazo al trailer.