Rambo: Last blood
Después de casi 40 años del estreno de Acorralado, aquella célebre película de acción protagonizada por Sylvester Stallone, que habla sobre un soldado retirado que participó en la guerra de Vietnam y que a consecuencia de lo vivido y los traumas sufridos se convierte en un experto en el arte de la guerra que es capaz de sobrevivir a las condiciones más extremas (claro, lo explico como si aún quedara alguien que no la hubiera visto ya, ¿queda alguien?); yo me pregunto ¿era necesaria una quinta entrega de la historia? Y la repuesta sólo puede ser una: SÍ, ERA NECESARIA. Aquí os hablo de Rambo: Last blood.
Es muy difícil resistirse a la nostalgia de ese cine de acción clásico, y qué decir del cariño que más de uno debe tenerle al personaje; por lo que era justo y necesario darle un cierre digno, ponerle un fin certero a la historia y darnos a los fans una oportunidad de decirle adiós al buen John Rambo.
¿Realmente Rambo: Last Blood consigue su objetivo?, pues en términos generales podemos decir que Kevin McCallister creció y todas aquellas artimañas que usaba de niño para escapar de un par de ladrones, ahora le han servido para combatir narcotraficantes mexicanos (no se puede negar que la trama es muy parecida a “Solo en casa”); lo que desconcierta un poco tomando en cuenta las historias contadas por sus predecesoras. Sin embargo, esta entrega de la saga cumple en el sentido en que nos presenta a un Rambo más sentimental, desgastado por el paso de los años pero que, a pesar de todo, no olvida su historia.
La película pega directo en la melancolía y aunque tiene momentos que podrían haber sido mejores, tampoco hay mucho que reprocharle, es una digna película de acción que, además, cuenta con un elenco que no opaca en absoluto a Stallone que no deja de ser el centro de atención en ningún momento, pero que tampoco le carga todo el trabajo a él. Encabezados por el español Sergio Peris-Mencheta como Hugo Martinez el poderoso narcotraficante con el que John se enfrenta cara a cara, destacan Óscar Jaenada como Victor Martinez, Paz Vega como Carmen Delgado, (¿Por qué hay tantos españoles en una película que desarrolla en México?) e Yvette Monreal como Gabrielle.
Rambo: Last Blood logra su objetivo de despedir a la saga de una manera mesurada y lógica siguiendo el curso de su propia historia, lo que no la exime de ser predecible, pero también muy nostálgica; esto podría hacerla parecer sólo como una película más para aquellos que (si los hay) aún no han cedido al visionado de las entregas anteriores. Así que, si perteneces a alguno de ellos, ¿qué estas esperando para ir a verlas?