Siempre Alice
Richard Glatzer y Wash Westmoreland dirigen Siempre Alice, película estrenada el pasado viernes 16 de enero, y que cuenta en su haber con una nominación a los premios Oscar 2015. Más concretamente sobre quien ha recaído dicha nominación ha sido sobre Julianne Moore quien opta, por cuarta vez a ganar la estatuilla que la acredite como mejor actriz en la presente edición de la ceremonia que se celebrará el día 22 del mes entrante.
Siempre Alice se adentra en el siempre complicado terreno de las enfermedades, en este caso el Alzheimer.
Alice Howland es madre de familia y una reconocida lingüista que ve como toda su vida cambia cuando es diagnosticada de Alzheimer.
Hablar de Siempre Alice es hablar de Julianne Moore, sin ninguna duda. Aunque la película tenga un más que correcto guión que logra envolvernos, haciendonos conocedores de cada uno de los pasos que la enfermedad va dando, lo hace de un modo no agresivo emocionalmente, Es decir, no abusa del sentimentalismo o de la lágrima fácil, algo que estropearía notablemente la película. La sencillez y la naturalidad con que se va desenvolviendo el relato es un punto muy a su favor.
De todos modos, este no es el aspecto más potente del film, puesto que dicha tarea recae sobre su actriz protagonista.
El trabajo desempeñado por Moore es encomiable. La serenidad interpretativa de una mujer sumergida en la devastadora e implacable destrucción de la vida que ha ido construyendo con el paso de los años, resulta estremecedora. La serenidad desbordada sólo en algunos momentos de perfecto histerismo y desolación. La sensación de caída al vacío, caída acelerada y sin remedio, que logra transmitir obliga a que el espectador se rinda ante sus actos.
Quizás este papel sea el que definitivamente logre que Julianne Moore, por fin, se vea recompensada con la dorada estatuilla. De momento ya tiene en sus manos el Globo de Oro por este trabajo. Veremos que sucede.