Sin tiempo para morir
Daniel Craig afortunadamente llega a su fin como el espía James Bond y esta despedida es un desastre de homenaje y cine comercial. Luego de varios problemas de producción, cambiando a Danny Boyle por Cary Joji Fukunaga (Beasts of No Nation, Jane Eyre) y Amazon comprando a MGM Studios, por fin se ha estrenado Sin tiempo para morir (No Time to Die).
Bond ha dejado el servicio secreto y está disfrutando de una vida tranquila en Jamaica. Pero su calma no va a durar mucho tiempo. Su amigo de la CIA, Felix Leiter, aparece para pedirle ayuda. La misión de rescatar a un científico secuestrado resulta ser mucho más arriesgada de lo esperado, y lleva a Bond tras la pista de un misterioso villano armado con una nueva y peligrosa tecnología.
Cuatro guionistas para contar una historia que mezcla pasado, futuro y que recicla la información de Spectre y Casino Royale. Phoebe Waller-Bridge se integra a las filas pero no aporta nada de su acostumbrado imaginario. Los prólogos de esta saga casi siempre son frenéticos y tienen a Bond como protagonista, en Sin tiempo para morir todo parece indicar que el personaje principal es Madeleine.
Esta era quizás la entrega más complicada de la saga en las que interviene Craig, precisamente porque hay que despedirlo y sentar las bases para un nuevo relevo. La película falla en la construcción de la historia, se apoya en personajes que ya hemos visto y trae otros que sencillamente son indiferentes. Ahora hay una agente, una mujer afroamericana a la cual le asignaron el número 007, una jugada que levantó críticas, sobre todo porque no se concibe este personaje como femenino.
Martin Campbell, Marc Forster y Sam Mendes aportaron algo de identidad en sus propuestas, algo que Fukunaga no logró. No Time to Die es larga, agónica, predecible y hasta soporífera, no es que el espía haya perdido el encanto, simplemente que ya necesita renovarse.
Nunca he simpatizado con Daniel Craig, no creo que sea un actor talentoso, mucho menos que encaje en el perfil de Bond, no es Pierce Brosnan. Lo cierto es que ya nos adaptamos a él como a Tom Cruise o Matt Damon y este cierre no es tan épico como esperábamos.
Léa Seydoux, es la damisela Disney, creo que le va mejor actuar en su tierra natal. Rami Malek, como villano es patético, Christoph Waltz lo devora. No sé cuál será el futuro de Lashana Lynch, pero requiere de más rigor. Ana de Armas, se lleva la peor parte, Razzie cuanto antes.
Sin tiempo para morir es una penosa despedida, tanto de personaje como de ciclo, solo se salvan la música Hans Zimmer y el tema de Billie Eilish.
A la espera de confirmar al nuevo Bond, adiós Daniel Craig.