Sweet Tooth: El niño ciervo. Primera temporada
Aunque soy conocedor Sweet Tooth, el cómic original de Jeff Lemire, no esperaba demasiado ansioso la adaptación en serie que estaban preparando en Netflix. Pero, por lo que sea, el mismo fin de semana del estreno me puse un capitulo y fue mi perdición. Ya me había enganchado a la primera temporada de Sweet Tooth: El niño ciervo y no iba a parar hasta acabarla. De esta manera os vengo a hablar de ella, pero antes la sinopsis pertinente.
Hace una década un agresivo virus azotó a todo el mundo causando muchísimas muertes por todo el globo. Durante los primeros días de esta pandemia también comenzaron a nacer ciertos bebés híbridos, humanos pero con rasgos claramente animales. En esos 10 años Gus (interpretado por Christian Convery), un niño ciervo, fue sido criado por su padre (Will Forte), en una cabaña en el bosque al margen de la sociedad humana. Pero la tragedia llega a las puertas de su hogar y a Gus le toca emprender un viaje lejos de los límites que conocía, rompiendo las reglas que estableció su padre para una vida cómoda.
Aunque el presupuesto para efectos especiales es algo escueto encuentro y se nota, el resto de su apartado visual más que decente. Pues aparte de tener un vestuario y maquillaje genial, posee una fotografía impresionante. La banda sonora no se queda muy atrás, ya que combina a la perfección muchos géneros musicales bien empleados en el momento apropiado.
El reparto también me ha gustado lo suyo. Algunos principales como Christian Convery, Will Forte o Nonso Anozie se ganaron mi simpatía, pero las que realmente se llevaron toda mi atención son las secundarias Dania Ramirez y Naledi Murray. La dirección de la serie recae en su mayoría en Jim Mickle, quien decide abordarla en forma de cuento.
Un cuento bastante tierno con muchas dosis de realidad, he de decir. Pues refleja con bastante exactitud (aunque con un virus distinto) parte de nuestra situación actual con el Covid-19 sumado a la dependencia de la tecnología y redes. Con ello se permite ciertas licencias y se llegan a ver algunas aliteraciones y otras mofas a la sociedad y como se está tomando todo esto. Lo cual, una vez más, da para pensar.
Dejando un poco de lado esas cuestiones, la serie no es perfecta, está claro. Por no hablar que hay bastantes diferencias con su obra original en cómic. Pero eso no quita que tenga muchos factores que consiguen subir el nivel de la producción. Y es que, insisto, las historias de los secundarios es lo que me ha hecho apreciarla aun más si cabe. Un aliciente más que suficiente bajo mi punto de vista.
Resumiendo, Sweet Tooth: El niño ciervo. Primera temporada es un bonito cuento cuyas raciones de cruda realidad hacen que contraste con su asumida inocencia. Desde luego ha conseguido engancharme y espero ansioso su segunda temporada. Todo esto si no la cancelan, claro. Porque últimamente en Netflix ya se está tomando como costumbre. *ejem Jupiter´s Legacy ejem*
El fin del mundo tiene una curiosa manera de hacer conexiones.
