Trouble every day
Trouble every day la película que Claire Denis rodó en el año 2001, es de esas películas que te dividen completamente. Resulta en su conjunto de lo más atractiva. Una imagen sugerente e increíblemente bella. Un sonido relajante, hipnótico y seductor aunado en la banda sonora que crearon los Tindersticks. La oscuridad de los ambientes resulta acogedora incluso se podría llegar a considerar protectora. Pero esa protección que se nos ofrece es justamente el centro del dilema ya que de quien nos protege en realidad es de la propia película. A consecuencia de esta dicotomía varias dudas se plantean al visionar la película.
La primera y la que más insistentemente se repite es plantearse que límites tiene lo poético o si debe tener algún tipo de límites. La respuesta por la que me inclino es que cada uno debería poner sus propios límites, debe poder decidir si seguir adelante con lo que se le está mostrando o no. Cada uno a su propio juicio, agradeciendo el tener la posibilidad de elegir. Pero resuelta la primera cuestión otra duda que surge es que como puede algo tan repulsivo contener a su vez belleza. Porque las dos cosas en esta película son innegables, la belleza y la repulsión, aunque esta última representada de un modo tan hermoso que nos resulta finalmente incluso atractiva provocando que de nuevo nos encontramos en la encrucijada de intentar separar lo que vemos de lo que sentimos.
Lo que no deja lugar a dudas es que Trouble every day remueve y de que modo. Expliquemos brevemente la historia y así se entenderá algo más de lo que estoy intentando hablar. Básicamente la historia habla de seres profundamente pasionales que practican el canibalismo con sus parejas de cama.
Realmente se podría plantear todo el concepto como una vuelta de tuerca a las películas de vampiros, en las que la sensualidad de los mordiscos, la sangre y la posesión están a flor de piel. Denis simplemente lo que hace es llevar un poco más allá esos mordiscos. Ya no son sólo dos marcas dentales en la yugular. Ahora el deseo de posesión, la carnalidad o el beso en su deseo máximo llegan a un punto límite en el que todos estos deseos solo se sacian devorando, literalmente hablando, a la pareja.
Trouble every day no es una película apta para cualquier sensibilidad hay que reconocerlo, pero quien tenga un buen estómago y ganas de encontrarse con una película repleta de inquietante belleza de buen seguro que en la historia planteada por Claire Denis encontrará lo que anda buscando.
[…] se estrena la nueva película de la directora francesa Claire Denis. La realizadora de Chocolat o Trouble every day vuelve con Les salauds (Los canallas) y vuelve como sólo ella sabe hacerlo inquietando, por […]