Batman (1966)
Tenía pendiente hablar de esta película desde hace tiempo, ya que en este blog solo hemos hablado de las entregas del personaje que, al menos yo, considero las buenas (Batman y Batman vuelve de Tim Burton; y Batman begins, El caballero oscuro, y El caballero oscuro: La leyenda renace de Christopher Nolan). Así que en vista de esto, y del reciente y triste fallecimiento de Adam West, he decidido visionar la cinta en pos de abordarla aquí. Gracias a Netflix por facilitármela en su catalogo, por cierto. Y ahora un breve resumen de la trama.
El dúo de superheroes de Gotham City, Batman (interpretado por Adam West) y Robin (Burt Ward), reciben una llamada de socorro del capitán de un yate. Pero cuando llegan allí se dan cuenta de que es una trampa para acabar con ellos de una vez por todas. De vuelta a tierra firme, estos dos defensores de la justicia se reúnen con las autoridades pertinentes con la creencia de que este nimio plan puede que venga de un plan mayor fruto de la alianza de El Pingüino (Burguess Meredith), El Acertijo (Frank Gorshin), Catwoman (Lee Meriwether), y Joker (César Romero). Las siniestras aspiraciones de estos cuatro villanos no se quedan en la conquista de Gotham City ¡si no que quieren la dominación mundial! Y solo dos héroes podrán impedírselo.
Hay que tener en cuenta, de cara al apartado visual, que se trata de una película del 66 y derivada de una serie (mítica serie, si se me permite decir), por lo tanto es normal que los decorados y efectos sean algo cutres. Aunque es eso es algo que para los fans será más que suficiente. Pese a todo he de decir que los vehículos son una pasada y encontramos 4 de ellos en el film, desde el conocido bat-móvil, hasta una bat-lancha (si, todo aquí era bat-algo) creada adrede para la ocasión. De la banda sonora tengo poca queja ya que son tonadillas que me dieron un fuerte golpe de nostalgia, que no creo que sea el único ya que el tema central es el de la serie, y diría que por todos conocido. También se usaron esos efectos especiales para las escenas de lucha que tantas veces se ha homenajeado en películas, series y demás medios audiovisuales.
El reparto de actores para muchos será desconocido, casi tanto como lo fue para mi antes de ver hace tiempo la serie. Todas las interpretaciones están bastante bien teniendo en cuenta el método al que estaban acostumbrados por aquel entonces, pero de entre todas destacaría tres. Las dos primeras son las del dúo dinámico, West y Ward, que interpretan a unos Batman y Robin más adecuados a lo que se veía en los comics de la época. Y la tercera es César Romero, cual Joker también era el más parecido, aunque la pena es que en la película no tiene tanto protagonismo entre tanto villano. El director es Leslie H. Martinson, que también lo fue del serial, por lo tanto sabía que derroteros tenia que tomar el largometraje llevándolo a un ritmo bastante bueno.
La película por supuesto ha envejecido un poco mal, y esto se nota bastante en el aspecto, por mucho que lo veamos en la definición de imagen más alta. También es verdad que podría ser más una cinta de espías, con sus gadgets y sus vehículos estrambóticos, que una de supeheroes. Tampoco ayuda mucho la traducción, que te hace chirriar los dientes cuando oyes cosas como El Comodín o La Mujer Gata, refiriéndose al Joker y a Catwoman. Aunque bueno, cosas peores se han visto u oído. Cuidado porque he dicho traducción, que no doblaje. Ya que en esto último tenemos a Constantino Romero poniéndole voz a Batman, toda una delicia, vamos.
A pesar de todo es una película que ya desde el inicio de la misma ya nos dice lo que nos vamos a encontrar, y que apenas nada de lo que veamos va a ser del todo serio. De esta manera se toma en broma a si misma, y esto es algo que la hace muy grande. Es así como hay que tomársela, con mucho humor, y de esta manera la diversión estará asegurada, y el elevado grado de nostalgia también. Y para acabar dejadme que me despida (por enésima vez en estos días) de Adam West, que espero que esté bailando el batusi allá donde esté. Hasta siempre.
Hay días en los que uno no sabe como deshacerse de una bomba.