El Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) continúa expandiéndose con Capitán América: Brave New World, la cuarta entrega centrada en el icónico superhéroe del escudo. Dirigida por Julius Onah y protagonizada por Anthony Mackie como el nuevo Capitán América, la película prometía una renovación en la saga. Sin embargo, las expectativas no siempre se alinean con la realidad.
Sinopsis: Un escudo en busca de propósito
Tras asumir el legado de Steve Rogers, Sam Wilson (Anthony Mackie) se enfrenta a su primer gran desafío como Capitán América. La trama se centra en una intrincada conspiración política que involucra al presidente Thaddeus Ross (Harrison Ford), el descubrimiento de adamantium en una isla celestial y la aparición de nuevos y antiguos enemigos. Entre ellos, destaca la transformación de Ross en el temido Red Hulk, un momento que, aunque impactante, no logra rescatar la narrativa de su monotonía.
Reseña de Capitán América: Brave New World
Brave New World intenta emular el tono de thrillers políticos como El soldado de invierno, pero se queda en un terreno intermedio, sin la tensión ni la profundidad necesarias. La película se ve lastrada por un guion sobrecargado de subtramas y una dependencia excesiva de referencias al UCM, lo que dificulta su funcionamiento como una historia independiente.
Anthony Mackie aporta carisma a su papel, pero su interpretación se ve limitada por diálogos poco inspirados y una dirección que no le permite brillar. Harrison Ford, por su parte, ofrece una actuación sólida como Ross, aportando humanidad a un personaje que, de otro modo, sería unidimensional.
Visualmente, la película presenta efectos especiales que, en ocasiones, resultan excesivos y distraen más que aportan. La aparición de Red Hulk, aunque esperada, se ve empañada por una estética que roza lo caricaturesco.
Conclusión: Un nuevo mundo que no termina de despegar
Capitán América: Brave New World es una entrega que, pese a sus buenas intenciones, no logra alcanzar el nivel de sus predecesoras. Con una narrativa dispersa y una ejecución irregular, la película deja una sensación de oportunidad desaprovechada. Aun así, ofrece momentos rescatables para los seguidores más acérrimos del UCM.