Mucho se ha hablado en los últimos tiempos de la figura de la mujer detrás de cámaras, de como de repente están dirigiendo obras representativas a nivel mundial y España figura como uno de esos países donde más han destacado. El nombre de Carlota Pereda es una especie de milagro porque ha apostado por hacer un género que nadie hasta este momento siendo mujer se había atrevido: el terror. En el 2018 fue ganadora de los premios a mejor corto de ficción en los Forqué y los Goya con Cerdita. Una propuesta valiente, libre, que en 13 minutos nos adentraba en la pesadilla del bullyng. Unos años después, esa historia se volvió largometraje y se convirtió en una de las mejores cintas de 2022.
Para Sara, el verano solo significa tener que soportar las continuas burlas de las otras chicas de su pequeño pueblo. Pero todo terminará cuando un desconocido llegue al pueblo y secuestre a sus acosadoras. Sara sabe más de lo que dice, y tendrá que decidir entre hablar y salvar a las chicas, o no decir nada para proteger al extraño hombre que la ha salvado.
Más allá de si llegamos a la película con el corto visto, la experieCncia que ofrece Cerdita es de buen cine, pocas óperas primas resultan tan gratificantes. El guión que abiertamente apunta al slasher, es una crítica sangrienta al bullyng y a sus consecuencias. Pereda en un contexto rural ha construido una pesadilla al más puro estilo La Matanza de Texas y Saw.
Si bien es cierto que España cuenta con excelentes exponentes de terror como Alex de la Iglesia, Paco Plaza o Jaume Balagueró, también es cierto que todos ellos siempre se acercaron a lo fantástico. Cerdita se apoya en un contexto real para llevar al espectador a un viaje demencial, a través de una puesta en escena precisa, unos personajes bien construidos y un ritmo que va siempre en ascenso.
Laura Galán se impone, llena toda la pantalla, una actriz de teatro que tiene que ofrecer más de físico que de dramático, en cualquier caso borda a Sara, soberbia. Que decir de Carmen Machi, el rol de madre nunca fue más inquietante, la escena que tienen casi al final es digna de master class.
Cerdita es una película potente, catártica, sentimental y carnal, mis respetos para Carlota Pereda, bienvenida Laura Galán.
