Cualquiera menos tú
Cualquiera menos tú (Anyone but you) se ha convertido en un fenómeno, es un culto a lo ridículo, a la masculinidad toxica y a un experimento de transformar las comedias románticas que salen mal.
Bea y Ben parecen la pareja perfecta, pero tras una increíble primera cita sucede algo que enfría su fuerte atracción, hasta que se encuentran inesperadamente en una boda en Australia. Obligados a verse, y a pesar de su rechazo mutuo, por conveniencia para ambos deciden fingir que son una pareja.
La trama debe ser de Chatgpt, es que simplemente no veo nada lógico en el guion, no le encuentro el más mínimo de atractivo o de secuencia simpática. El género ha decaído y hay que reconocer que la generación de Meg Ryan, Cameron Diaz, Jennifer Aniston fue la que impulsó este cine fresa y puramente femenino.
Ahora Cualquiera menos tú dirigida por Will Gluck se va a centrar exclusivamente en mostrarnos al protagonista masculino sin camisa, súper tonificado, como si estuviera haciendo una vez más el casting de Top Gun Maverick. Todo es tan plano y estereotipado, la protagonista tonta pero que de repente se vuelve vengativa, los amigos y padres inmaduros y nada de romanticismo verdaderamente feliz.
No hay peores protagonistas que Sydney Sweeney y Glen Powel, lo físico no lo es todo, usted tiene que ser dramático, carismático, tener química, esto aquí no se ve.
La mejor película de Will Gluck sigue siendo Con derecho a roce, su filmografía es cada vez menos afortunada, nadie se puede enamorar con estas tramas.