El cuento de la princesa Kaguya
Aunque en España y en muchas partes del mundo ya “hemos superado” las películas de animación en 2D, algo que yo no llego a comprender con lo fantásticas que resultan algunas, en algunos países como Japón siguen apostado fuerte por ellas. Aunque en EEUU solo realizan super-producciones de animación en 3D en los Oscar siempre les gusta meter uno o dos largometrajes con la antigua técnica para, bueno no sé realmente para qué, pero yo los imagino en plan:”Eh, mira que hipster somos apostando por películas independientes y de corte más clásico”. En fin eso solo son divagaciones mias, pero en los Oscar 2015 una de las películas nominadas en 2D ha sido El cuento de la princesa Kaguya y es en lo que me voy a centrar en este artículo.
El cuento de la princesa Kaguya se basa en el cuento con autor desconocido del siglo IX “El cortador de bambú”. En la película se cuenta la historia de cómo dos ancianos campesinos, encuentran dentro de una caña de bambú a un ser diminuto, una niña diminuta con aspecto de princesa y que deciden adoptar, criándola como si fuera su propia hija. Dando saltos temporales la niña crece rápidamente, y sus ancianos padres adoptivos pretenden educarla y darle la vida como si de una princesa real se tratara.
Este film pertenece al Studio Ghibli que cuenta con grandes títulos como: Mi vecino Totoro, La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro, The Wind Rises, entre otros, todos ellos del director Hayao Miyazaki. En esta ocasión, la película que nos acontece es de Isao Takahata, que no seré yo el que diga que es el socio menos bueno del estudio.
El cuento de la princesa Kaguya me parece un tanto aburrido, no sé si será por la historia, por cómo está contada o porque esa clase de dibujos, como si se hubieran hecho a mano alzada, no me llegan, no me convencen… solo sé que tuve que verla en dos veces.
También es verdad que quizás hayan muchas cosas que se me pasaron por alto durante el visionado, pero respecto a lo que entendí y a los valores que capté o interpreté me gusta el mensaje de que cada uno tiene que perseguir sus sueños y su felicidad, y no la de los demás, que la vida es muy corta como para pasarla haciendo lo que los demás quieren o esperan de ti. También que aunque muchos no lo crean, la felicidad no está en las cosas materiales, si no en las cosas sencillas y cercanas, que te hacen sentirte bien día a día… pero todo esto es lo que yo interpreté, no sé si fue la intención de la película, pero es lo mas positivo que he extraído de ella.