Las secuelas no tienen razón de ser, son pocos títulos los que logran justificarse como continuación, no es el caso de El contable 2. [Aquí nuestra reseña de la primera parte].
Christian Wolff tiene talento para resolver problemas complejos. Cuando un viejo conocido es asesinado, dejando tras de sí un críptico mensaje para «encontrar al contable», Wolff se ve obligado a resolver el caso. Al darse cuenta de que son necesarias medidas más extremas, Wolff recluta a su hermano Brax, del que está distanciado, para que le ayude. En colaboración con Marybeth Medina, subdirectora del Tesoro de Estados Unidos, descubren una conspiración criminal y se convierten en objetivo de una despiadada red de asesinos que no se detendrán ante nada para mantener sus secretos ocultos
Esta segunda parte no solo es intrascendente sino que me resulta incluso más tediosa que la anterior. De nuevo en la dirección Gavin O’Connor. Demasiado larga, con diálogos soñolientos, personajes planos y todo me sabe a déjà vu.
La del 2019 la olvidé y lo hice precisamente porque tener todas estas irregularidades que ahora vuelven a repetirse, como si no fuera una secuela y simplemente hubieran cortado cuatro horas.
Ben Affleck es igual de soso frente a una cámara como detrás de ella, cuando lo veo de protagonista ya sé que el resultado será simplemente desastroso. Jon Bernthal cobrando salario por interpretar a su hermano el musculoso y descerebrado, un casting inmejorable.
Espero que la idea no sea hacer algo como Venganza o El ecualizador porque sería una tortura.