Elvis
Elvis es de esas películas que impulsan tus deseos -muchas veces secretos y ocultos- de ser actores, cantantes, estrellas de Hollywood, etc. Cuando se apagan las luces de uno de los espectáculos más increíbles del cine actual a mi parecer, el brillo de la pantalla desaparece y la música se detiene, los sentimientos y emociones te agobian. En mi caso, las ganas de saltar a la pantalla y ser parte de tan maravilloso trabajo se apoderaron de mí, y aún me persiguen.
Elvis es un tributo al Rey del Rock que mueve montañas. A la talla de tan grande artista, al cual Austin Butler supo llenar los zapatos y meterse en la piel del personaje, humanizando a la estrella de una manera pura y transparente. No era Austin interpretando a Elvis. Era Elvis apoderándose de Austin con cada movimiento, con cada sonrisa, con cada canción. La actuación de Butler es simplemente perfecta, la humanidad que le aporta su interpretación hace frágil a este gran ídolo. Es otra cara de Elvis que quizás desconocemos, es la verdad que se esconde tras su adicción, tras su maquillaje y tras esos coloridos vestuarios, desde la perspectiva del genial director Baz Luhrmann.
La película se enfoca en la relación de Elvis Presley con Tom Parker, interpretado por un siempre magnífico Tom Hanks, quien fue su manager por 20 años. La cinta relata la historia de cómo la vida de Elvis cambia luego de conocer a Parker, cómo éste lo lleva al estrellato, y a qué costo. La película también se pasea por temas morales, políticos y sociales, haciendo hincapié en cómo diferentes hechos históricos marcaron su vida personal. Al mismo tiempo que se descama la personalidad del artista, se muestra una Norteamérica rota, perdida y peligrosa, no siempre de acuerdo con la persona de Elvis Presley.
Una de las cosas más interesantes es el paseo por los diferentes períodos de la vida del artista y cómo el contexto histórico en el que se desenvuelve fueron cambiando su visión de la fama, de la vida y hasta su forma de hablar, cosa que Austin Butler maneja a la perfección, esos diferentes acentos que marcan las diferentes etapas de la vida del rey son parte esencial para entender al personaje.
Muchos critican que la película deja por fuera eventos importantes de la vida de Elvis Presley, pero es que su vida estuvo repleta de hechos relevantes, muy difícil de condensar en 2h40. Sin embargo, el director hizo un trabajo fantástico al elegir dónde enfocarse (y en todo lo demás para ser honestos): la música como elemento principal y soberano en la vida de Elvis, lo que ésta lograba hacer de él cuando se apoderaba de su cuerpo y no podía sino moverse de la manera en que todos conocemos. No le quedaba más remedio que dejarse llevar por el ritmo…y así va naciendo una estrella*.
Luhrmann nos ha regalado películas extravagantes y de similar magnitud técnica como Moulin Rouge (2001) y El Gran Gatsby (2013), pero la manera en la que presenta Elvis es distinta. Si bien también está marcada por lo exuberante y hedonista, el director nos deja claro que esta es su gran obra.
Elvis es una oda a la vida de este personaje, es una oda a la familia Presley, y principalmente, es una oda al mundo del cine, al maravilloso vehículo que bombea sangre y pasión desde la pantalla a nuestros corazones y viceversa. Elvis es puro amor al arte, al legado de que dejó la aclamada estrella, al amor a sus seguidores, al amor de todos los que participaron en la cinta, y al amor que se desata de nosotros luego de verla. Elvis es puro amor.
*Guiño a Nace una Estrella, con Elvis Presley y Barbra Streisand.