Jurassic World: Dominion
La nueva tanda de películas de parques temáticos de dinosaurios que no salen especialmente bien ha llegado a su fin. Teniendo su mayor o menor recepción entre el publico, algo tenemos seguro los aficionados de estos bichillos, queríamos ver qué nos deparaba el final de la saga de Jurassic World. Así pues, ya tenemos entre nosotros (desde hace un rato) Jurassic World: Dominion, y es de ella de la que os hablo aquí tras un breve resumen de la trama.
Han pasado 4 años desde que los dinosaurios que fueron rescatados de la Isla Nublar se integraran en el mundo civilizado. El mundo ha cambiado acorde a ello y son pocos los que quieren que estos animales prehistóricos coexistan con la humanidad. En medio de toda esta situación se encuentra Biosyn Corporation, una empresa que ha creado un santuario para que los dinosaurios vivan fuera de peligro al tiempo que se estudian para aplicaciones medicas en otros campos. Aunque otros acontecimientos han hecho sospechar a viejos (y otros no tanto) conocidos de que la corporación no es trigo limpio.
La parte gráfica de la película es magnífica, como en toda la saga, aunque creo que ha pegado cierto bajón respecto a las anteriores entregas de la presente trilogía. Es algo que noto sobre todo en los efectos especiales, pues hay algunos que resultan algo postizos para mi gusto. Al frente de la banda sonora se encuentra Michael Giacchino. El compositor de la presente saga no ha hecho mal trabajo en esta ocasión, pero echo de menos escuchar el mítico tema central sin cortes ni remaches extraños.
El elenco es verdaderamente bueno. Tenemos a los habituales de Jurassic World, Chris Pratt, y Bryce Dallas Howard, también a los veteranos de la trilogía original, Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum, y de las nuevas incorporaciones destacaría a DeWanda Wise y Campbell Scott. En la dirección tenemos de vuelta a Colin Trevorrow, que dirigió la primera entrega de la presente saga, continuando donde lo dejó J. A. Bayona, que se encargó de la segunda.
Esto último creo que ha sido el error de Dominion. Pues el final de El reino caído me pareció muy prometedor y parecía darle un sentido al nombre de la presente trilogía…más allá de que así se llamaba el parque temático, claro. Todo indicaba que se iban a tomar otros derroteros de cara a contarnos una historia relativamente distinta. Trevorrow se apoya una y otra vez en los constantes guiños a la primeras películas que vimos de Jurassic Park. Y la verdad, es algo que un par de veces está bien pero, cuando basas prácticamente un largometraje en los golpes de nostalgia, parece que quieras tapar bastantes carencias. Básicamente porque ves toda la cinta venir, y creo con sinceridad que eso no es nada bueno.
En definitiva, Jurassic World: Dominion es un final bastante flojo para una tanda de entregas que tampoco apuntaba tan mal. Y es que la nostalgia a veces no lo es todo, de hecho la mayoría de las veces puede ser lo peor que hay.
Si no conseguimos superarlo nos estancamos en el pasado.
