La Memoria Infinita
Hace 3 años, en el especial del Oscar de este blog, me tocó escribir sobre El Agente Topo (2020), cinta chilena que postulaba en la categoría de Mejor Documental. Este año me ha tocado comentar La Memoria Infinita (2023), documental dirigido por la chilena Maite Alberdi y que, de nuevo, compite por el Premio de la Academia en su categoría.
Hay un lazo que une a ambos títulos, la tragedia del paso del tiempo. Mientras que, en El Agente Topo, vemos las interacciones de un grupo de ancianos en un hospicio; en La Memoria Infinita la atención está concentrada en la pareja conformada por Augusto Góngora y Paulina Urrutia. Ella es una famosa actriz de su país, activista política y ex ministra de Estado, él, su marido, fue un reportero famoso durante décadas, conductor de programas culturales y ahora, paciente de Alzheimer.
La cinta es un sincero relato del impacto de la pérdida de memoria en la vida de Augusto y en su cuidadora, Paulina, su esposa. Es, además, un tributo a su historia de amor que tiene como reflejo la construcción de su propio hogar, su nido de convivencia y eventualmente su espacio de retiro en un mundo aislado por la pandemia y donde los recuerdos viven como espíritus con forma de libros y videos caseros.
Hay mucha honestidad en la presentación de la enfermedad que padece Augusto, la cámara siempre está presente y hay momentos en los cuales nos sentimos un poco invasores de la intimidad de la pareja. Es doloroso ver como el deterioro de la mente avanza y como la figura juvenil se va convirtiendo en un recuerdo. Ese atributo de sinceridad convierte a La Memoria Infinita en un testimonio de la crudeza de lo que es el Alzheimer y también en testigo del amor de dos personas, una versión documental de ese clásico moderno llamado Amour (2012) de Michael Haneke.
A diferencia de esa gran película, La Memoria Infinita no consigue un arco narrativo que dé un paso adicional. Hay una sensación de permanencia y deterioro que no consigue darle un final completo a la historia. Existe un intento por vincular la historia personal de Augusto con el colectivo social y un supuesto olvido de los periodos pinochetistas del país chileno, marcados por el abuso y la lucha del pueblo. Ese intento tampoco alcanza forma y ese discurso se pierde en el camino, a pesar que Augusto fue un férreo opositor de dicho régimen.
El documental funcionar mejor en los momentos donde el amor está presente. En los cuales la vulnerabilidad alcanza a Augusto y también a Paulina, quien parece enfrentar una nueva carrera en su rol de cuidadora. Son esos momentos los que convierten a La Memoria Infinita en un recorrido de compañía y ternura, tan necesarios para estos tiempos. Pueden ver la película en Netflix.