La última sesión de Freud
La película de la que les vengo a hablar hoy, tiene una combinación exquisita entre las geniales interpretaciones de Anthony Hopkins y las teorías freudianas más profundas y la verdad es que no necesito recomendarla, pero es que sí, vayan a ver “La última sesión de Freud” (2024) en Max, aquí les explico por qué.
En medio del estallido de la Segunda Guerra Mundial, el encuentro entre Sigmund Freud (Anthony Hopkins) y C.S. Lewis (Matthew Goode), desata un intenso debate sobre la existencia de Dios, las figuras paternas de ambos, traumas pasados, la certeza de la muerte del psicoanalista, el conflicto con la orientación sexual de Anna (Liv Lisa Fries), su hija y el inicio de la II Guerra Mundial.
Sé que no hace falta aclararlo, aunque es difícil evitar decir que la actuación de Hopkins es excelente, logra capturar la complejidad y la profundidad de la mente Freud, definitivamente su maestría en la actuación está muy bien aprovechada. Por su parte, Goode se destaca como Lewis, mostrando la ambivalencia y la frustración de un discípulo que se siente atraído y a la vez repulsado por su maestro.
La dirección de Matt Brown es elegante y sutil, permitiendo que las actuaciones y el guion sean el centro de atención. La cinematografía es hermosa, capturando la atmósfera sombría y melancólica de la Londres de la época.
La última sesión de Freud no pierde el tono teatral en que ya se ha dejado ver esta historia, sin embargo, Brown sabe como llevarla al lenguaje cinematográfico y configurar una atmósfera que hace que una sola conversación entre los dos personajes se vuelva interesante, atrayente y emocionante.
Eso sí, la película también tiene sus altibajos y pareciera que le cuesta concretar algunos detalles, aunque no es tediosa, sí se vuelve repetitiva por lo que da la sensación de ser una historia que podría contarse en un tiempo mucho menor. Aunque se compensa con la forma en que el guión explora la vida y mente de un hombre tan interesante.
En resumen, “La última sesión de Freud” es una película profunda y emocionante que explora la mente y la vida de uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. Es una película que requiere atención y reflexión, pero que recompensa con una visión fascinante de la condición humana.