Gerard Johnstone regresa con la muñeca letal y autónoma más famosa de los últimos tiempos en una secuela bastante estimulante titulada M3GAN 2.0. Tras el inesperado éxito de la primera entrega en 2022, que combinaba terror, sátira y drama familiar, ahora la apuesta es diferente y mucho más ambiciosa.
La historia arranca con Gemma, la creadora de M3GAN, enfrentándose a un dilema enorme: el futuro de la humanidad está en juego. La única opción que encuentra es resucitar a la muñeca y dotarla de nuevas mejoras. El resultado es una versión 2.0 más rápida, más fuerte y, por supuesto, más letal.
Uno de los grandes aciertos de esta secuela es no limitarse a repetir las fórmulas de su predecesora. El guion se aleja de los conflictos íntimos y familiares para explorar un terreno mucho más oscuro: una reflexión fatídica sobre un futuro dominado por las máquinas y el riesgo de ceder el control a la inteligencia artificial. En ese sentido, M3GAN 2.0 bebe de referentes como Terminator o incluso de la última entrega de Misión Imposible, pero con un aire paródico que se cuela en sus diálogos más ingeniosos y humorísticos.

Las escenas de acción son vibrantes y están bien resueltas: acrobacias, disparos y estrategias que mantienen al espectador pegado a la butaca o al sofá (donde te pille). Aquí M3GAN 2.0 se aleja de comparaciones fáciles con otros muñecos diabólicos del cine, como Chucky, para consolidar su propia personalidad y su lugar en el género de terror.
En el reparto destacan Allison Williams, Violet McGraw, Amie Donald e Ivanna Sakhno, quienes aportan credibilidad y energía al relato.
Lo más sorprendente es que, a pesar de sus virtudes, la película haya generado pérdidas millonarias para Blumhouse. Y es extraño, porque M3GAN 2.0 es, sin exagerar, una producción mucho más sólida y entretenida que otras de su catálogo.













