Hoy en día, es complicado encontrar comedias románticas que no hablen siempre de los mismos tópicos, o que no profundicen en ellos de una forma más personal. Es por ello que cuando se estrenó el tráiler de Materialistas, dirigida por Celine Song, sabíamos de antemano que no íbamos a ver una comedia romántica al uso. Con Vidas pasadas, Song demostró la sensibilidad y fuerza que tenía para retratar el amor en la gran pantalla. Materialistas, como su nombre indica, puede parecer una película superficial y con un mensaje pobre, pero este pensamiento dista mucho de la realidad. Celine Song ha sabido encontrar elementos diferenciadores que han hecho que su segundo filme, consiga separarse del resto de productos audiovisuales que siguen una premisa similar, convirtiéndose en una meta comedia que expone cómo funciona el amor en tiempos modernos.
Lucy, una mujer de 35 años, trabaja como matchmaker en una agencia que últimamente está teniendo mucho éxito. Sin embargo, su vida da un giro de 180 grados cuando se reencuentra con John, su ex pareja, y Harry, un millonario carismático que hará todo lo posible para salir con Lucy.

Sin duda, lo más destacable del filme de Song, es el afilado guion que busca retratar a una sociedad capitalista que entiende al amor verdadero, como aquel que nos proporcionará necesidades materiales, y de las cuales esperamos que nos produzcan felicidad. En otras palabras, buscamos a una persona que nos haga sentirnos valiosos. Esta idea es la que da forma a todos los personajes y los hace evolucionar durante la historia. El triángulo amoroso formado por Lucy (Dakota Johnson), John (Chris Evans), y Harry (Pedro Pascal), funciona de forma eficiente. Sin embargo, a pesar de estar entregado en su papel, Chris Evans no parece el actor idóneo para el tipo de personaje «loser» que interpreta. Esta decisión de casting resta credibilidad a un personaje que podría haber tenido un intérprete que sí presentara un mayor contraste con la belleza de Dakota Johnson. Reforzando así, la idea de romper con el estereotipo de pareja mona de Hollywood. Sin embargo, tampoco es un detalle que arruine el mensaje de la película.
Celine Song repite el mismo estilo de dirección que aplicó en Vidas Pasadas, caracterizado por el uso de planos medios estáticos, y una fotografía de fuertes contrastes. Aun así, se nota que la directora ha querido enfatizar la idea de que estamos ante una Rom Com: haciendo uso de canciones típicas que se suelen utilizar en este género. Un ejemplo más concreto de como la dirección de Song se mantiene intacta, pero se fusiona con los clichés técnicos del género, son las secuencias donde los clientes de Lucy, le dictan la lista de cosas imprescindibles que tienen que tener las personas con las que le vaya a emparejar.

La mayor debilidad de Materialistas, radica en la redundancia de la idea principal en varios momentos de la película. Los diálogos son demasiado explícitos y en varias ocasiones sientes que el discurso se repite una y otra vez. Los momentos con más tensión dramática en el filme son predecibles y sabes perfectamente cual es el desenlace. Además, la película presenta algunas contradicciones que desafían la lógica establecida durante el metraje. Dando lugar a secuencias que transforman la película en una comedia meta, sin saber si esta decisión ha sido voluntaria o consecuencia de un guion fallido. Sea cualquiera de las dos opciones, este detalle le otorga una identidad atípica que la aleja de las clásicas Rom Coms que todos conocemos.
En conclusión, Materialistas no es una película que brille en su totalidad. Aún con sus defectos, el filme de Celine Song tiene un atractivo peculiar, que la hace diferenciarse de la competencia que reside en el mercado. Una propuesta que, aún con sus clichés típicos del género, apuesta por presentarnos algunas verdades incómodas del amor moderno.











