Otro Día para Matar (John Wick)
Ni por cines, ni al mercado doméstico. Fue Netflix el encargado de traernos a España una gran desconocida para el público que sin embargo al otro lado del charco cosechó bastantes buenas críticas. Puede que os suene más por John Wick, pero su nombre aquí en España es Otro Día para Matar. John Wick (Keanu Reeves) es un asesino a sueldo retirado, pero saldrá volverá a la acción después que que un grupo de personas le quiten lo único que le quedaba.
Dicho así, no parece que sea especialmente innovadora ni original. Es la típica historia de venganza. ¿En qué destaca entonces? Quitando a Mad Max: Furia en la Carretera que juega en otra liga (y en todo caso, Otro Día para Matar es de 2014, un año antes que la cinta de George Miller), tiene unas escenas de acción como no había visto en muchísimo tiempo. Qué manera de estilizar la violencia, que precisión y que sentido del ritmo. Las escenas del club con esas luces de neón, las del hotel o las de la iglesia son para enmarcar y enseñar en las facultades como realizar bien secuencias de acción. Y sorprende más saber que es la ópera prima de sus directores, David Leitch y Chad Stahelski.
Dejando a un lado que el motivo de la venganza me parece muy pobre y precipitado, y que la película intenta mezclar el thriller y la acción, en mi opinión consiguiendo que todo lo que es acción salga redondo y que no funcione tan bien la parte de thriller. Funcionan incluso mucho mejor los momentos puntuales de humor negro. Mención aparte a todo el mundo que crea sobre los asesinos a sueldo, los antiguos compañeros y enemigos de nuestro protagonista o las monedas que emplean.
Después de dar algunos tumbos por el camino, con esta película Keanu Reeves demuestra que sigue en forma. Su personaje de John Wick es una mezcla entre sicario, ninja y asesino de slasher al estilo Michael Myers. Pero no todo es un camino de rosas: le dan golpes y los sufriremos con él. Pero querremos que se recupere cuanto antes y siga repartiendo tiros a todos los que se interpongan en su camino. Y vaya que si reparte balazos. Junto a él tenemos a Michael Nyqvist como el antagonista que amamos odiar, Alfie Allen (o Theon Greyjoy en Juego de Tronos) como el chico patético que desencadena toda la historia o el personaje de Ian McShane, que tiene breves intervenciones pero siempre llena la pantalla.
En conclusión, una cinta que ha pasado más desapercibida de lo que debería y que los que busquéis una buena película de acción os quedaréis satisfechos. Ah, y tiene una secuela en camino que sinceramente, muero por ver.