Sean Baker me saturó con las soporíferas The Florida Project y Tangerine, por lo que ver Red Rocket y que me deje alucinada es todo un milagro.
Mikey Saber es una estrella del porno pasada de moda que regresa de Los Ángeles a su pequeño pueblo de Texas, aunque nadie le echa de menos.
El discurso del realizador es profundamente indie, en la forma de crear la historia, concebir los personajes y por supuesto la visualidad.
Se percibe una suciedad en la pantalla, en cada escena que es propia de la historia y eso ayuda a que el espectador se implique en esta peculiar historia.
Tiene algo de tragicomedia y la justa dosis de dramatismo para hablar del porno y de un actor del medio. A diferencia de las anteriores cintas de Baker, en Red Rocket se equilibra lo sexual, lo feo de la vida y la sensibilidad pese a la crudeza.
El guión no va sobre otra historia de superación y redención para nada, escuchar en varios momentos de Bye Bye Bye de NSYNC es una metáfora de todo el filme.
Donde estabas Simon Rex, insuperable, inmenso, la mejor actuación masculina del 2021, con el permiso de Benedict Cumberbatch, olvidemos su caracterización física, me impresiona como se ha metido en su personaje, sencillamente brutal.
Espero que lo próximo de Baker sea tan atractiva como esta película y que a Rex lo contraten urgente, se necesita verlo.
