Smallfoot
No sé si lo habéis notado pero desde el viernes hace un frío que pela y ha nevado a cascoporro en gran parte del país (sí, gran parte porque, aunque a veces no lo parezca, también pasan cosas más allá de la capital). Bueno, a lo que iba: una vez vistas las millones de historias y publicaciones en redes sociales de la “nevada del siglo”, me han quedado ganas de más y más nieve así que vengo a hablaros de Smallfoot.
Smallfoot (2018) es una película de animación que narra la historia de Migo, un joven yeti que vive junto a su comunidad en lo alto de las montañas, por encima de las nubes. En este pueblo yeti, las leyes están marcadas por lo que determinan las piedras ancestrales y cada uno de los habitantes tiene una misión para que todo funcione correctamente. En su caso, Migo está predestinado a suceder a su padre como el encargado de golpear el gong y despertar diariamente al Sol. Un día, mientras se prepara para este cometido, Migo se desvía de su ruta y accidentalmente se encuentra con un humano (un Pies Pequeños). Este descubrimiento contradice a las piedras sagradas por lo que es expulsado de la comunidad. Ahora, Migo tendrá la misión de probar que los Smallfoot existen y que hay un mundo por descubrir para los habitantes de la aldea yeti.
Dirigida por Karey Kirkpatrick y producida por Warner, esta película de animación se basa en ‘Yeti Tracks’, una historia original del animador español Sergio Pablos, creador de otros éxitos como ‘Gru: mi villano favorito’ o ‘Klaus’. Los mensajes de Smallfoot son varios e interesantes: la defensa de la curiosidad, del pensamiento crítico y del cuestionamiento del orden establecido. También pone sobre la mesa la superación del miedo a lo desconocido, en este caso un miedo que va en doble dirección entre los humanos y los yetis.
Se trata de una película para todos los públicos aunque con una estructura previsible. Tiene momentos musicales que, en mi opinión, no aportan demasiado a excepción del rap de Chojín (en la versión española). Por otra parte, sus momentos cómicos muestran características propias del subgénero del Slapstick (humor físico) típico de las comedias clásicas de animación de Warner (The Looney Tunes). En resumen, una película entretenida para un fin de semana gélido y recomendable para ver con niños.