Eva Libertad obtuvo en los Festivales de Berlín y Málaga el Premio del Público, por la película Sorda que escribe y dirige.
Ángela, una mujer sorda, va a tener un bebé con Héctor, su pareja oyente. El embarazo hace aflorar sus miedos frente la maternidad y sobre cómo podrá comunicarse con su hija. La llegada de la niña genera una crisis en la pareja y lleva a Ángela a afrontar la crianza de su hija en un mundo que no está hecho para ella.
El guión parte del corto del mismo nombre del 2021 y me recuerda en este cambio de estructura a Carlota Pereda con la también poderosa Cerdita.
Sorda es una historia sobre una minoría que vive perenemente en el silencio y que la presión social les exige siempre más. La protagonista se debate entre la disyuntiva de asumir su rol de madre, de criar, pero al mismo tiempo de vivir en un mundo oyente junto a su hija.
Sorda no es Coda, afortunadamente la realizadora no busca complacer, ni que esto sea un cuento hollywoodense. Hay mucho perjuicio hacia las personas sordas, incluso en su propia familia, cada escena con la madre lo refleja.
Me gusta la visualidad, ya que Libertad apuesta por la naturalidad, al igual que Pilar Palomero o Carla Simón. Hay secuencias muy logradas, como la del parto que me pareció desgarradora o aquellas en las que Ángela se preocupa por la incertidumbre de conectar con su hija.
Miriam Garlo es la misma actriz del corto original y parte de su propia experiencia personal para construir el personaje, ya que es sorda. Nunca esperé de Alvaro Cervantes algo más que Eres tú, El tiempo que te doy o Loco por ella, pero el trabajo que hace es fascinante.
Los últimos minutos de Sorda, sintiendo como Angela me parecen sencillamente excepcionales y el cierre perfecto para una película que destila emoción y ternura.