Paul Thomas Anderson es uno de los directores más importantes de los últimos 30 años. Desde Boogie Nights (1997) y Magnolia (1999), hasta El Hilo Invisible (2017) y Licorice Pizza (2021), pasando por esas obras maestras que son Petróleo Sangriento (2007) y The Master (2012), su filmografía está marcada por personajes cercanos al conflicto y a la ambición, donde los dramas existenciales ocupan un lugar preferente y con guiones complejos que entrelazan varias historias y sub tramas en una sola gran narración.

Este estilo que podría definirse como épico moderno está presente en Una Batalla tras Otra o One Battle After Another (2025), su más reciente película, que combina el mensaje político con el género policial, la comedia negra y el drama familiar. En la cinta, Leonardo DiCaprio interpreta a Bob, un especialista en explosivos que es parte de un grupo subversivo que rescata inmigrantes ilegales retenidos en la frontera californiana de USA. La pareja de Bob, Perfidia, es más explosiva que cualquier de sus dinamitas y es la fuerza detrás de esta secta de idealistas. Durante una de sus intervenciones, Perfidia se cruza con el coronel Steven Lockjaw, un caricaturesco militar de cuello rojo que se obsesiona con la activista que lo tiene cautivo.
El segundo acto de la película se desarrolla casi dos décadas después, cuando los caminos de estos personajes vuelven a entrelazarse y la hija de Bob y Perfidia, Willa, es el centro sobre el cual hay persecuciones, fugas, conspiraciones y un desenlace cargado de adrenalina.

PTA consigue convencer a la audiencia que está presenciando una revolución en la pantalla. Hay una permanente sensación de furia e insurrección en sus imágenes. Después de haber visto la cinta dos veces, se puede apreciar que hay pequeños gestos cargados de rebeldía en el guion y que parecen imperceptibles. Lo brillante de la narración es que no mira con desdén al lado conservador sino que lo presenta tal cual es, dentro de las limitaciones que eso representa. La fotografía está definida por tonos rojos, las sombras de la noche se definen cuando deben hacerlo, se genera una sensación de realismo que funciona perfectamente con el sentido de la cinta. La banda sonora a cargo de Jonny Greenwood, de Radiohead, está cargada de teclas y parece un pulsómetro que juega con la audiencia.
Una vez más, Anderson ha conseguido grandes actuaciones por parte de su reparto. Incluso los roles secundarios funcionan perfectamente, como Benicio del Toro, en el rol del tierno y estratégico Sensei Sergio. Sin embargo, las cuatro interpretaciones principales son sobre las cuales se define la cinta. La Perfidia de Teyana Taylor es un personaje magnético y una fuerza de la naturaleza. La Willa de Chase Infiniti es el debut fílmico más importante del año y es inevitable sentir que estamos viendo el nacimiento de una estrella. Sean Penn está soberbio como Lockjaw, una creación que nace del estereotipo pero que le da dimensiones a sus contradicciones. Penn va camino a su tercer Oscar por este trabajo. Finalmente, DiCaprio vuelve a mostrar su rango, interpretando a un hombre cargado de dudas, que ha dejado que el tiempo lo consuma pero que encuentra la chispa de nuevo, a través de su hija y el amor de padre.

Una Batalla tras Otra es una película que viene rompiendo la taquilla y que esta semana superará los 200 millones de recaudación a nivel mundial, después de más de un mes en la cartelera. Lo atractivo de la cinta es que consigue entretener pero también llamar la atención. No recuerdo otra película reciente que también sirva como documento de lo turbulento y polarizante de nuestra época. Merece ser vista varias veces y en pantalla grande para entender las muchas referencias al cine noir de los años 40 y a ese cine provocador que vino dos décadas después. Una Batalla tras Otra es el título más exitoso en la carrera de Paul Thomas Anderson y, puedo predecir desde ahora, que será el primer Oscar a Mejor Película en la carrera del cineasta. Merecido.












