Y: El último hombre
Hoy voy a hablar de “Y: El último hombre”, uno de los grandes estrenos del inicio de curso escolar de Disney +. Con la primera temporada recién terminada, ya podemos desmenuzar impresiones.
Antes que nada quiero recalcar que no he leído los cómics, y voy a opinar estrictamente de lo que he visto en los 10 primeros episodios, sin entrar en lo bien o mal adaptada que está.
El síndrome de la Pitufina, pero al revés
Un mundo donde solo quedan hembras de todas las especies, un hombre y su mono (referencia a Marco?), y algunos hombres trans.
Esta serie pasa el test de Bechdel de sobras, pero curiosamente pone el foco en los hombres.
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Un apocalipsis bajo en testosterona
De un plumazo un fenómeno extraño acaba con todos los habitantes del planeta con cromosoma Y. Las mujeres ahora están solas: tendrán que dirigir y reconstruir, o morir en el intento.
Un paraíso para hembristas que deja poco futuro sobre cualquier vida en el planeta
La verdad es que me decepcionó ver un escenario repleto de mujeres violentas. Vale que es un apocalipsis y ante eso tampoco hay muchas medias tintas: la falta de recursos y el trauma afecta a niveles insospechados, eso se entiende. Pero me gusta pensar que las mujeres haríamos las cosas con más cabeza, empatía y sororidad. Incluso en La casa blanca predominan los juegos de poder y el conflicto por encima de la empatía y el intentar llevarse bien que sería mucho más productivo.
Como en la mayoría de series con apocalipsis, “Y: El último hombre” nos presentan a varios grupos de supervivientes y sus conflictos
Tenemos cuatro grupos bien definidos: el gobierno en la Casa Blanca, el grupo de hembristas llamado ‘las amazonas’, la cárcel de mujeres y el grupo itinerante: la agente 355, el último hombre con su mono al hombro y la genetista. En segundo plano tenemos a la muchedumbre que quiere derrocar el gobierno. Obviamente todos interconectados por las relaciones de los personajes protagonistas, y la verdad es que bastante bien hilado todo.
El discurso del odio y la violencia como protagonista rechina
Lo que más me molesta es que “las amazonas” acaparen tanta pantalla. De hecho, el grupo de la cárcel de mujeres me parece una excusa para crear conflicto. Podría haber sido una comuna de hippies, un hospital, una fraternidad o yo que sé…, y la historia funcionaria igual. Pero prefieren dar al espectador lo que creen que espera.
En definitiva, es una serie entretenida, con una idea base muy interesante. Por ahora la ejecución no es nada especial, pero no te voy a mentir: veré la segunda temporada porque me sigue intrigando y quiero ver cómo evoluciona.