Eileen
Les vengo a platicar sobre una película que hace poco se agregó al catálogo de Max y que ha logrado situarse entre las más vistas de las últimas semanas, quizá por su soltura y elegancia, quizá por lo retorcido de su historia o por ese bonito toque sesentero que logra desconectar de la realidad por un rato. Se trata de Eileen (2023), dirigida por William Oldroyd.
En esta historia, Eileen (Thomasin McKenzie), es una chica tímida y reprimida con diversos problemas familiares que denotan traumas sin tratar. Su trabajo en una prisión de Massachusetts, la lleva a conocer a Rebecca (Anne Hathaway), una mujer interesante, inteligente, bella y liberal que consigue atraer fuertemente su atención. Ambas comienzan una extraña amistad que da un perturbador giro al descubrirse un oscuro secreto.
La película basada en la novela homonima de Ottessa Moshfegh, tiene una elegancia particular que al mismo tiempo te deja ver que algo perturbador se esconde en algún rincón desde su primera escena, eso sí, se toma su tiempo para construirse, para atraer y seducir a través de una pequeña historia de amor platónico entre sus protagonistas.
Poco a poco se convierte en una especie de Thriller psicológico que avanza despacio pero con soltura, sin forzar nada ni querer quedar bien con nadie. Simplemente cuenta la historia y, para los tiempos que vivimos en el plano de lo audiovisual, eso se agradece mucho.
No le da demasiadas vueltas a las cosas, pero sí te invita a pensar un poco, a tratar de entender lo que acabas de ver, es de esas películas que sí o sí terminas comentando una vez que terminas de verla.
No puedo dejar de señalar que se antoja un mejor desarrollo de sus personajes y quizá se anhela un contexto más amplio, sin embargo, cuando se ha visto la película en su totalidad, las piezas que parecen faltar dejan de ser necesarias. Y eso se logra gracias a su ambientación melancólica, a los sutiles detalles y a las buenas actuaciones de McKenzie y Hathaway que llenan por completo la pantalla, aun cuando no están a cuadro.
El giro final vaya que resulta inesperado y bastante satisfactorio porque encaja bien con la narrativa. Esto acompañado de música de la época y un vestuario lindo e interesante que logran una mezcla que te hace no querer dejar de verla hasta el final.
Aunque Eileen no está llena de acción constante y requiere de algo de paciencia para verla, es una buena historia, perturbadora en su justa medida, te deja un buen sabor de boca al final y, sobre todo, te regala un viaje a otra época sin caer en los excesos.