Ja me maaten…!
Era una tarde tranquila de sábado, sentado cómodamente en mi sofá, zapeaba por la triste, repetitiva y reciclada programación de la TDT, cuado de repente…
Un fuerte escalofrío recorrió mi espalda, como si el mismísimo invierno hubiera agarrado mi columna y la estuviera troceando en cubitos de hielo. Mi pecho encogido con espacio apenas para suspirar, agitaba mi respiración cual adolescente medio de EEUU huyendo de Michael Myers.
La cara desencajada y paralizada, como aquella niña que vio la película de “La señal”, no podía articular palabra y ahora solo podía observar atónito, por el rabillo del ojo, el mando a distancia tirado en el suelo. Notando como a cada segundo mis músculos se agarrotaban, con los brazos retorciéndose sobre si mismos, y las piernas acartonadas… intente arrastrarme, reptar hacia el balcón en un último intento por acabar con todo aquello, pero tenía la misma libertad de movimiento que Han Solo bañado en carbonita.
Aquello parecía que me avocaba a perecer allí mismo, hasta que vino a mi rescate a cuatro patas y por casualidad… mi perra decidió usar el mando como almohada, pulsando la tecla que acabó con aquel dolor audiovisual, sufrimiento cinematográfico, engendro amorfo de fotogramas vomitado en nitrato de de celulosa…
Hoy tal vez sea un poco mas fuerte, pero no puedo evitar sentirme compungido cada vez que recuerdo aquel minuto, y solo pensar, que la estaban haciendo en TVE… sin anuncio, SIN ANUNCIOS!!!, no, no puedo… se me eriza hasta la pelusilla del obligo… seguramente nunca pueda olvidarlo… Ja me maten!
Si, son los síntomas habituales de someterse a una tortura tan desorbitada, espeluznante y descabellada… estas muy loco… LOCO!!