Los ojos de Tammy Faye
Jessica Chastain comenzó su carrera en el 2005 con la serie Dark Shadows, la hemos visto bajo las ordenes de Terrence Malick y Christopher Nolan, siendo una heroína en Ava y hasta protagonizando el remake de Secretos de un matrimonio, sin embargo nunca tan cerca del Oscar. Michael Showalter dirige The Eyes of Tammy Faye o Los ojos de Tammy Faye donde la actriz esta pletórica.
En los años 70 y 80, Tammy Faye y su marido, Jim Bakker, pusieron en pie prácticamente de la nada la red de cadenas religiosas más grande del mundo, así como un parque temático, y gozaron de una inmensa popularidad gracias a sus mensajes de amor, aceptación y prosperidad. Tammy Faye era legendaria por sus pestañas indestructibles, su original forma de cantar y su generosidad a la hora de acoger a personas de todo tipo. Pero no pasó mucho tiempo antes de que las irregularidades financieras, las rivalidades e intrigas y los escándalos derrocaran un imperio construido con gran meticulosidad.
La película es como otros tantos biopics sobre el auge y caída de una farsa, en este caso el imperio de este matrimonio de telepredicadores. Showalter ha desarrollado su carrera en el género de la sitcom y en cintas poco relevantes. En el filme no vemos que se busque encumbrar la figura de Tammy, se narra su vida con sus virtudes y defectos.
Conocida por sus llamativos peinados y su maquillaje exagerado, complementaba los sermones de Jim con sus canciones, sus reflexiones sobre la vida, sus plegarias para los feligreses enfermos y sus peticiones de donativos.
El filme se presentó en San Sebastián y en Toronto. Cuando se llevan estas historias a la pantalla a veces se suele caer fácilmente en el juicio y los problemas de moral, es común poner a la iglesia en la peor posición, sin embargo el cineasta no adopta una postura.
Por supuesto que el alma del filme es Chastain, no por su maquillaje, ni los protésicos, es que ha cambiado su tono de voz, la forma de caminar, es sencillamente Tammy. En ningún momento vemos a la actriz, ha desaparecido y sus escenas con Andrew Garfield, otro intérprete infravalorado son explosivas.
Un título entretenido, una vida de imperfecciones que Chastain abraza gloriosa.