Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno
He aquí la última de las películas de este genial (cinematográficamente hablando) mundo post-apocalíptico que quedaba por comentar. Soy gran fan de esta saga, como bien habréis podido comprobar en las anteriores entradas de esta saga; con la primera de ellas, Mad Max; su secuela, Mad Max 2 El guerrero de la carretera, y la más reciente, Mad Max: Furia en la carretera. Y aunque todas las citadas mantienen un nivel muy aceptable, esta tercera entrega la verdad es que cojea un poco. Pero en algún momento tenia que pasar ¿no? De momento os dejo con la sinopsis.
En medio del páramo infecto que se ha convertido la tierra, un peculiar aviador y su pequeño hijo roban un carruaje tirado por camellos. El dueño, que no es otro que Max Rockatansky (Mel Gibson), vaga hasta Negociudad, que está aparentemente bajo el mando de Tía Ama (Tina Turner). Aunque parece ser que la energía para que funcione esta ciudad la controla el Maestro Golpeador. Tía Ama ve la llegada de Max como una oportunidad de arrebatarle la energía al Maestro Golpeador, y así ambos se baten en duelo en la cúpula del trueno, en donde solo puede sobrevivir uno. Pero al parecer Max es engañado por esta poderosa mujer y vuelve a dar con sus huesos en el desierto. Allí es rescatado, poco antes de morir, por unos niños que viven en un oasis, y al parecer llevan mucho tiempo esperando su llegada. Max deberá averiguar porqué y ajustar cuentas con Tía Ama.
En el apartado visual esta película no es muy diferente a sus dos anteriores en la saga. Sigue predominando las explosiones, tiros, persecuciones, y peleas. Pero si hay algo que ha cambiado es que ahora no se ven carreteras (aunque una vía de tren si), y eso es algo que favorece la inmersión en este mundo desolado. La banda sonora tampoco es muy distinta a lo visto en sus predecesoras, pero la inclusión de Tina Turner en el elenco aseguró que el tema principal fuera interpretado por ella, y todos sabemos que eso es bueno. En el elenco de actores volvemos a tener el mismo problema que con la anterior: prácticamente todo el peso de la trama y protagonismo recae en Gibson. Y esto es algo en lo que sale mal parada la historia. En cuanto a Turner…es mucho mejor cantante que actriz, definitivamente. Y repitiendo como director tenemos a George Miller, que continua con su camino marcado en las anteriores, aunque algo más flojo que en estas.
Y esa podría ser un poco la valoración final: es algo más floja que el resto. Si que es verdad que se empezó a vislumbrar un mundo más grande, no como en las anteriores que eran un par de localizaciones. En esta se marca definitivamente esa visión que Miller nos quiere mostrar de su particular universo, la lástima es que la historia no acaba de cuajar como las otras. Aunque, mirando lo bueno de que no diera la talla como se esperaba, es que lo mejor aun estaría por llegar…después de bastante tiempo, claro.
Se que no quebrantareis las reglas. No hay reglas.