Mad Max 2 El guerrero de la carretera
No hace mucho os hablé de la primera entrega de Mad Max, y de como George Miller sentó las bases de cara a una de las sagas que más influencia le han dado al genero post-apocalíptico en general. Esta fórmula fue mejorada recientemente (en Mad Max: Furia en la Carretera), y el director demostró que esta en plena forma y que este erial desértico tiene mucho más que mostrarnos. Pero claro, entre la primera película y esta última han habido un par mas por el medio que le fueron enseñando todo lo que bien sabe hoy. Así que hoy me encargo de comentaros la segunda.
La historia continua allá donde lo dejó la anterior entrega, con un Max Rockatansky (Mel Gibson) destrozado mentalmente y totalmente adaptado a este páramo desértico. El bien más preciado y escaso es ahora la gasolina, y Max la necesita para encontrar un lugar adecuado para vivir. En uno de sus innumerables viajes se topa con una suerte de saqueador llamado Gyro (Bruce Spence), el cual es dueño de un extraño helicóptero que parece tener bien provisto de combustible. Max le pide, no muy sutilmente, que le lleve a donde se abastece de ello, y Gyro lo lleva a una refinería bien fortificada que parece estar siendo asediada por los crueles hombres de Humungous (Kjell Nilsson), un caudillo de estas tierras sangrientas. Será cuestión de Max ayudar a la gente de la refinería o no, y no será una decisión fácil.
Por lo general esta segunda parte es muy parecida a la anterior en muchos aspectos. Por ejemplo, visualmente es prácticamente idéntica, en cuanto a explosiones, choques y demás. Pero al menos en el aspecto de escenarios ha salido ganando, ya que parece más un páramo desolado que en la anterior, que aun se veía alguna edificación que otra. También empezamos a ver mejoría en cuanto a las persecuciones (o casi batallas) de coches marca de la casa. En el apartado sonoro vemos algo un poco más depurado que la anterior, y aunque no llega a ser una gran banda sonora, si que le pega bastante bien a toda la penuria y locura que estamos viendo. En el reparto de actores tenemos a Mel Gibson repitiendo en su papel protagonista, que consiguió mejorar lo visto en la anterior, pero en cuanto al resto poco más reseñable. Quizás se salvara de ello también Bruce Spence, pero tampoco fue una interpretación para el recuerdo en comparación con la de Gibson. Y en la silla del director tenemos otra vez a George Miller, el cual ha mejorado notablemente en cuanto a lo que nos mostró en su primera película de esta saga. Esto se nota mostrándonos un grado de crudeza muy superior a la anterior, que consigue casi transportarnos a ese lugar tan caótico y peligroso.
En cuanto a la valoración final diría que es la mejor de la saga, por lo menos en cuanto a mi gusto respecta. Es la que introdujo definitivamente este aspecto de paisaje desolado que tiene todo este mundo ficticio de las cuales han bebido incontables proyectos de todo tipo. Incluso el mismo director volvió la vista atrás hasta sus propias creaciones para ofrecernos entregas sin menguar la calidad, al menos en cuanto a espectacularidad. Esperemos que siga con su buen hacer en esta saga, la cual es de mis favoritas del cine.
Fue aquí, en este lugar desolado, donde aprendió a vivir de nuevo.