Searching
La primera vez que me topé con una película rodada en su totalidad para parecer una pantalla de ordenador fue con Open Windows (2014), el thriller de Nacho Vigalondo. Lo cierto es que me pareció un ejercicio original y entretenido, pero bastante artificioso en cuanto a su argumento y giros de guión. Poco después llegaron Eliminado (2014) y Eliminado: Dark Web (2018), que utilizan la misma premisa para crear sendas propuestas (tal vez la segunda con mejor suerte que la primera) de terror teen. Searching (2018) toma lo mejor de las mismas y convierte lo que podía haber sido una TV-movie de bajo presupuesto de Antena 3 en una película que te mantendrá en vilo hasta sus últimos minutos.
Searching, el primer largometraje de Aneesh Chaganty, cuenta con un argumento bastante manido: Margot (Michelle La), una joven de 16 años, desaparece una noche sin dejar rastro. Su padre David (John Cho, Dos colgaos muy fumaos, Star Trek), hará todo cuanto esté en su mano para encontrarla, ayudado por la Detective Vick (Debra Messing, Will & Grace).
Obviamente, el punto fuerte de este thriller no está en su historia, y me temo que tampoco en las actuaciones de sus protagonistas, que son correctas sin más. La verdadera magia está en como Chaganty convierte nuestra pantalla en las de padre e hija, y nos aporta la información necesaria para que los propios espectadores seamos capaces de sacar conclusiones a la vez que nuestros protagonistas.
Los primeros minutos del filme me recordaron, salvando las distancias, a los de la maravillosa Up de Pixar. Con unos pocos clics, el director nos muestra la historia de esta familia de una forma amena, sencilla y tierna. A partir de ahí, asistiremos a llamadas por Facetime, mensajes escritos, vídeos de Youtube, aplicaciones de emisión de vídeos en directo, páginas de Facebook, álbumes de fotos y todo tipo de software que nos permitirán seguir en todo momento el curso de la acción. El montaje resultante de la combinación de todos estos elementos mantiene un ritmo constante, asegura el suspense y sobre todo nos obliga a no quitar ojo de la pantalla. Irónicamente, Searching utiliza las mismas armas que suelen distraernos del visionado de cualquier película en nuestros hogares para captar toda nuestra atención.
Sus casi dos horas de metraje se pasan volando, y resulta reconfortante ver como a pesar de la cantidad de elementos propuestos no tenemos la sensación de exceso de callejones sin salida, giros imposibles o irritantes “deus ex-machina” gratuitos. El puzzle de la misteriosa desaparición de Margot no deja huecos sin rellenar, ni se completa a base de piezas encajadas a la fuerza. Chaganty escribe una historia en la que el curso de pensamientos y deducciones del espectador corre parejo al del propio David, y eso hace que el filme nos resulte cercano y veraz a la par que absorbente.
La película triunfó en la pasada edición del Festival de Sundance 2018, y lo cierto es que no es de extrañar. Si disfrutáis de un buen thriller, sin duda no debéis dejarla pasar.