La Escuela Universitaria de Artes TAI consolida su papel como referente formativo en el ámbito audiovisual, conectando el aprendizaje con la creación real a través de iniciativas como TAI Incuba, su incubadora de largometrajes que impulsa el talento emergente y el cine de autor con vocación profesional.
La formación en cine necesita ser algo más que teoría
Entrar en la industria del cine no es fácil. Lo sabes tú, lo sé yo, y lo sabe cualquier persona que se haya lanzado a escribir, grabar o levantar un proyecto audiovisual. Las aulas pueden ser un buen punto de partida, pero si la formación no se conecta con la práctica y con los procesos reales, se queda coja. Por eso, espacios que combinen formación, creación y profesionalización resultan no solo necesarios, sino fundamentales. Y ahí es donde entra la Escuela Universitaria de Artes TAI.
Un entorno donde se respira cine (y mucho más)
Con sede en pleno corazón de Madrid, TAI ha consolidado un ecosistema artístico único en España. No es solo una escuela de cine: es un espacio multidisciplinar donde confluyen estudiantes de dirección, guion, música, interpretación, fotografía o artes visuales. Esa convivencia creativa genera un ambiente estimulante y, sobre todo, realista. Porque así es el cine: una suma de miradas distintas que se nutren entre sí.
TAI apuesta por una comunidad artística viva, donde se da valor tanto a la formación técnica como a las experiencias compartidas, a las colaboraciones y a las ideas que salen del aula para enfrentarse al mundo real.
TAI Incuba: cine de autor con destino industria
Una de las iniciativas más interesantes que ha impulsado la institución en los últimos años es TAI Incuba, su incubadora de largometrajes. Lejos de ser un simple ejercicio académico, este programa está pensado para acompañar a cineastas emergentes en el desarrollo real de sus proyectos, desde la concepción de la idea hasta su proyección en festivales o mercados.
Con un enfoque claro en el cine de autor contemporáneo, TAI Incuba fomenta la experimentación formal y narrativa, el riesgo estético y la exploración de nuevas voces. Pero lo hace con una vocación de conexión profesional: acompañamiento por parte de agentes de la industria, participación en laboratorios, tutorías con cineastas consolidados y acceso a redes de distribución y financiación.
Más que incubar películas, TAI Incuba construye trayectorias.
Aprender guion, rodar cine, vivir el oficio
La oferta formativa de TAI en el área de cine incluye grados, másteres y diplomaturas diseñados con una idea muy clara: que la formación no se quede en lo técnico o lo académico, sino que se convierta en un proceso vinculado con la profesión desde el primer día.
En ese sentido, programas como el máster en guion de cine ofrecen al alumnado la oportunidad de escribir, reescribir y pulir sus historias con el acompañamiento de profesionales en activo. Pero también de ver cómo esos guiones pueden convertirse en cortometrajes, largometrajes o series en desarrollo, y presentarse ante posibles coproductores o plataformas.
Esa lógica se aplica a todos los programas de cine de la escuela: el conocimiento se entrena con práctica constante, en equipo, en diálogo con la industria, con mirada crítica, pero también con vocación de futuro.
Formar, crear y proyectar: el reto de las nuevas generaciones
En un momento en el que las fronteras entre lo independiente y lo industrial se diluyen, apostar por una formación que combine técnica, creatividad y profesionalización es más necesario que nunca. Desde ese lugar, TAI se posiciona como un motor de nuevas voces dentro del cine español y europeo.
Con iniciativas como TAI Incuba, su enfoque transversal y una comunidad en constante movimiento, la escuela no solo enseña a hacer cine: construye cineastas capaces de contar historias que importan.