El plan de la cadena AMC al adquirir los derechos de las Crónicas vampíricas y Las brujas de Mayfair, al estar la saga de los vampiros y trilogía de las brujas conectadas, era nada más y nada menos que crear un universo basado en las novelas de Anne Rice. Un objetivo ambicioso que, si bien ha dado muestras de funcionar mejor en el cine que en la televisión, aquellos que estén familiarizados con las novelas góticas de Rice saben de los personajes y ramificaciones que se encuentran entre sus páginas, por lo que la decisión poseía bastante lógica. Los frutos de dicho plan se han ido cosechando con irregulares resultados: Mientras que Entrevista con el vampiro puede ser de las mejores series que hay en emisión, Las brujas de Mayfair cae en el terreno de no saber captar la esencia de las novelas, tornándose en una serie olvidable e incluso aburrida. Con este marcador tan desigual, uno no sabia que esperar con la tercera serie dentro de este universo, pero una vez vista de las tres es quizá la que más caiga en terreno medio.
Inspirada en las Crónicas vampíricas y en Las brujas de Mayfair de Anne Rice, la historia se centra en la Talamasca, una organización secreta que se dedica a obtener conocimientos sobre el mundo sobrenatural manteniendo a criaturas como brujas, vampiros u hombres lobo a raya. Por una serie de circunstancias, Guy Anatole se ve empujado a trabajar con la Talamasca para descubrir la verdad sobre su pasado.
La principal diferencia de esta serie respecto a las otras dos del universo de Anne Rice es que no está basada en ningún libro preexistente, por lo que se trata de una historia original. Una que tan solo ha tomado la entidad que supone la Talamasca y el poder como gran ojo que todo lo ve para expandir ese universo, por lo que ese factor novedad hace que cualquier espectador aborde la serie sin expectativas previas, para bien y para mal. Algo que queda muy claro desde el primer momento es que la serie bebe directamente de tramas clásicas de thrillers de espionaje. Cada personaje tiene intenciones ocultas y sabe mucho más de lo que deja entrever, por lo que el juego del gato y el ratón que plantea durante los primeros capítulos funciona muy bien y mantiene al espectador curioso en saber cuál será el próximo movimiento.
Sin embargo, ese planteamiento inicial que dota de interés a la serie no tarda en volverse redundante. Y es que, si al final cada personaje que aparece en pantalla está jugando a dos bandas, todos se están traicionando entre todos, ninguna lealtad es lo suficientemente sólida y cada uno de ellos tiene sus intenciones ocultas, ese juego se convierte en la norma y deja de resultar llamativo. Es una pena, porque gran parte del metraje dedicado a construir el trasfondo de los personajes y a desentrañar las malas artes de la Talamasca para salirse con la suya hacen que las decisiones tengan fundamento y que los personajes se sientan desarrollados, pero si al final todos los caminos van a Roma el efecto de la sorpresa es tan efímero como el helio dentro de un globo. Tampoco ayuda que se presente a la Talamasca como una organización tan poderosa debido al conocimiento y recursos que poseen (y que al final siendo el nexo visible con el mundo sobrenatural se le podría haber sacado mucho más jugo) para que al final todos los personajes sepan adelantarse a sus movimientos y resultar mucho más inteligentes que la supuesta institución. De este modo la supuesta amenaza no se antoja como tal.

Resulta entendible que la dedición haya sido hacer una serie explicando en detalle lo que es la Talamasca y no abusar de easter eggs o forzar de más conexiones con el resto del universo. Y aunque hay pequeños guiños al universo de Entrevista con el vampiro, unos que siembran interesantes semillas, al final se quedan en apariciones que podrían haber dado para mucho más e incluso hacer aportes valiosos a ambas series. En cuanto a nivel visual, hay algunos detalles como la casa de las brujas o el maquillaje para según que criaturas que aparecen en pantalla donde se nota cuidado y con gran dedicación detrás. Todo lo demás si bien correcto, no resulta especialmente llamativo.
Para finalizar con los actores, me atrevería a decir que al final el más interesante es William Fichtner como Jasper. Al principio por su físico y sus manierismos puede recordar a Christopher Walken, pero luego resulta ser una mezcla muy cool y también mucho mas profundo que un simple antagonista. Elizabeth McGovern como Helen es tal vez el personaje que mejor lleva ocultas sus intenciones y da la sensación de llevar unos cuantos ases escondidos debajo de la manga. Y por último Nicholas Denton como Guy cumple más la función de ojos del espectador, de llevar al público de su brazo a este nuevo mundo con ciertas dosis de simpatía.
Tal vez el mejor adjetivo para definir la serie sea entretenida. No pretende llegar al nivel de excelencia de la serie madre, pero si uno busca una serie con cierto toque de espías, donde la investigación prime por encima del resto con trasfondo fantástico, aquí puede encontrar algo con lo que saciar esa sed.











