En la sección oficial de cortometrajes del 40 Cinema Jove de Valencia, he tenido la oportunidad de ver El regalo, de la directora vasca Lara Izagirre. Aunque este año no he podido hacerle entrevista tras la proyección (las prisas del festival, ya se sabe), la presencia de Izagirre en la sala dejó claro que su apuesta sigue siendo la de un cine directo y comprometido, y aquí se nota con naturalidad.
Sinopsis del corto El regalo
En apenas doce minutos, El regalo sigue a tres mujeres gitanas (interpretadas por Aurora Cortés, Samara Jiménez y Desirée Clavería) que bajan al centro de Bilbao para comprar un regalo de cumpleaños. Lo que parece una tarea sencilla se convierte en un viaje cargado de miradas, prejuicios y silencios incómodos, reflejo del racismo que muchas veces se cuela en lo cotidiano.
Reseña del cortometraje
El corto está rodado en 16 mm, un formato artesanal (sí, se nota esa textura casi de Super 8) que en este caso no es un fallo de presupuesto, sino una decisión estética. Ese ligero grano y la cámara en mano potencian la sensación de cercanía y autenticidad, como si estuviéramos delante de un pequeño fragmento de realidad.
La edición es limpia, sin florituras, y el sonido (claves del ambiente urbano, respiraciones contenidas) funciona como un metrónomo tenso. No hay música que distraiga; aquí el silencio y las miradas valen oro.
Aunque la narrativa es minimalista, cada gesto transmite mucho: la duda al entrar en la tienda, esa sensación de sentirse vigiladas, el alivio de comprar sin problemas. En doce minutos, Izagirre consigue que el espectador se coloque en la piel de esas mujeres gitanas, y vea la discriminación de mierda (con todas sus letras), sin exageraciones ni soliloquios forzados.
Izagirre, cuya carrera ya pasa por películas como Un otoño sin Berlín y Nora, demuestra aquí su capacidad para contar lo social con una economía de medios envidiable. El corto tiene calado y sensibilidad (sin aspavientos), y es un testimonio en movimiento de un problema real. La directorá mencionó que el guion surgió de testimonios reales recogidos en talleres con AMUGE, lo que le da aún más peso a lo que vemos.
Pequeño en duración, grande en corazón
El regalo es un reflejo hermoso y amargo de lo cotidiano. No necesita cámaras voladoras ni efectos, solo tres mujeres, una ciudad y un deseo humilde que no debería estar condicionado por prejuicios. Lara Izagirre lo sabe y lo transmite con elegancia, sin teatralidad, pero con la fuerza de lo sincero.
Un corto made in festivales, con encanto y conciencia, que hace su regalo al espectador: entender, empatizar y, quizás, mirarnos un poco cuando salgamos de la sala.