Irati
Paul Urkijo Alijo demostró con su primera película Errementari que ama lo mitológico, que tiene un sello y que además le interesa filmar historias diferentes. Su segunda película ganó en el Festival de Sitges: Premio del público y Mejores efectos especiales y fue nominada al Goya en 5 categorías. Irati es una rareza a todos los niveles, un trabajo que supera a su película anterior aun cuando bebe de ella.
Siglo VIII. El cristianismo se extiende por Europa mientras las creencias paganas desaparecen. Ante el ataque del ejército de Carlomagno atravesando los Pirineos, el líder del valle pide ayuda a una diosa ancestral. Mediante un pacto de sangre, derrota al enemigo dando su vida a cambio, pero antes, hace prometer a su hijo Eneko que protegerá y liderará a su pueblo en la nueva era. Años más tarde, Eneko afronta esa promesa con una misión: recuperar el cuerpo de su padre enterrado de forma pagana junto al tesoro de Carlomagno. Pese a su fe cristiana, necesitará la ayuda de Irati, una enigmática pagana de la zona. Los dos jóvenes se adentrarán en un extraño e inhóspito bosque donde “todo lo que tiene nombre existe”.
No soy el tipo de espectadora que siga este género, siempre me han aburrido las capas y las espadas, pero la magia de este filme es único. Considero que la genialidad de Irati no radica tanto en el guión sino en la construcción de la atmósfera y la magistral dirección de arte. Estamos acostumbrados a hablar de cine épico, legendario y colosal cuando vemos bodrios norteamericanos de un elevado presupuesto, sin embargo lo que consigue Urkijo con los efectos visuales es alucinante.
Seres mitológicos, brujería, batallas, amor, religión, rodada en euskera, la cinta merecía sin duda ganar algún Goya, no es mejor que As Bestas, es tan buena como ella.
Las compositoras de Akelarre, Maite Arroitajauregi y Aránzazu Calleja, vuelven a recrear una partitura que tiene al espectador dentro de la pantalla, esas melodías son excepcionales. Gorka Gómez Andreu está a cargo de la fotografía, dotando al filme de una oscuridad, de un ambiente austero, frío y gris.
En el reparto tenemos a unos entregados Edurne Azkarate, Eneko Sagardoy e Itziar Ituño.
Irati es una propuesta prolija y marciana, no hay títulos así en cartelera, cuando llegas al final sientes que has vivido una experiencia a la antigua.