Maestro
Cuando Bradley Cooper dirigió en el 2019 A nacido una estrella y a la Academia no le pareció notable su desempeño a tal extremo de ni siquiera nominarlo en la categoría de dirección, supongo que eso fue un golpe traumático para el artista. Ahora llega mucho más ambicioso, contundente y sobrio en Netflix con Maestro.
Biopic sobre el legendario Leonard Bernstein, compositor, pianista y director de orquesta estadounidense. La cinta primero vivió los ataques al nivel de caracterización, por suerte la familia apoyó en todo momento las decisiones creativas y luego Cooper ha sido acusado de egocentrismo. Con un metraje de 2 horas 11 minutos, totalmente justificados, el director narra un biopic de otra manera, completamente personal y sobre todo desde otro punto de vista.
Bernstein fue un hombre atormentado, un genio, pero un solitario que debía lidiar con sus demonios y adicciones, sobre todo que nunca se aceptó así mismo. El personaje de Felicia es clave en la cinta, yo diría que ella es la protagonista, que el relato versa sobre ella y como fue la persona más importante en la vida del compositor.
Producida por Steven Spielberg, Maestro es un drama que no tiene que emocionar, ni conmover, el espectador en ningún momento tiene que terminar llorando con la película, Cooper no busca eso. Con una peculiar puesta en escena, usando el color y en otros momentos el blanco y negro Maestro nos presenta a Brenstein en sus momentos creativos, íntimos y en depresiones, el director no oculta la bisexualidad del compositor. Son importantes las elipsis, el montaje y por supuesto la banda sonora.
Una de las escenas mas comentadas de manera negativa ha sido la del concierto de 9 minutos, yo creo que es una de las mejores del filme, me recuerda a Tar. Es interesante como Cooper aleja y acerca la cámara para dar una perspectiva psicológica en diferentes momentos de la película, lo dije cuando A star is born, parece que ha dirigido toda su vida.
A nivel de interpretación, podría ser la mejor de su carrera y merece sobradamente ganarse el Oscar. Al igual que Cillian Murphy en Oppenheimer tuvo que bajar de peso y además usar prótesis facial, pero más allá de eso, nunca veo a Cooper en escena, esta poseído por el espíritu de Bernestein, incluso ha modificado hasta su voz. Colosal Carey Mulligan, en silencio, sufriendo, la expresión de sus ojos, su mirada, esa calidez y al mismo tiempo la entereza por ser la esposa abnegada que simplemente espera, la Academia ya le debe 3 Oscar, ojalá este sea su momento.
Si usted como espectador piensa que Maestro es un biopic musical, que tiene algo que ver con la ópera prima de Bradley Cooper y que va a salir cantando el tema de West Side story le aconsejo que cambie la perspectiva, esto es cine y el director ha hecho sus deberes como pocos del panorama actual.